El ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma, que logró escapar de Venezuela en 2017 mientras sufría un arresto domiciliario, representa una de las voces más críticas con el régimen de Nicolás Maduro. En este entrevista pide que el presidente interino del país, Juan Guaidó, active el tratado TIAR para propiciar una intervención que acabe con «esta narcotiranía».

 

¿Ha sido una sorpresa lo sucedido el 5 de enero en la Asamblea Nacional?

No ha sido ninguna sorpresa. Esto es un asalto por entregas, el último capítulo de esta película de terror que tiene como coprotagonistas a Chávez y Maduro. Antes habían asaltado nuestra alcaldía, las gobernaciones fueron desmembradas y la constitución nacional, cuyo padre fue Hugo Chávez, pisoteada por sus propios progenitores. Este asalto al parlamento es lo que Chávez y Maduro hicieron ya con el Tribunal Supremo de Justicia y con el Consejo Nacional Electoral, donde se articulan todas las trampas que han venido perpetrando durante todos estos años.

¿Es posible que Guaidó sea arrestado?

Todo es posible, desde arrestarlo hasta matarlo. Yo le he dicho a Guaidó que se cuide, como también se lo he dicho a los parlamentarios de Alianza Bravo Pueblo y de Soy Venezuela. Esta gente es capaz de secuestrar y simular accidentes de tráfico para sacar del camino a los diputados y lograr lo que no pudieron hacer el pasado 5 de enero, cuando colocaron una comparsa para simular una instalación a todas luces írrita de la nueva directiva de la Asamblea Nacional.

México, Argentina y Uruguay, cuyos gobiernos son más comprensivos con Maduro, se han mostrado críticos con la maniobra para apartar a Guaidó como presidente del Parlamento.

No esperábamos menos de gente que tiene el más elemental sentido de la responsabilidad. El problema en Venezuela no es una pugna entre derecha e izquierda, sino un debate entre democracia y barbarie, entre libertad y oscurantismo. Lo que ocurrió el 5 de enero fue tan grotesco y animal que Maduro logró confirmar el reconocimiento de nuestra lucha a nivel internacional y espantar a los pocos amigos que ha tenido en los últimos años. Aspiro a que la comunidad internacional no espere que detengan o asesinen a Guaidó. Todos los días siguen muriendo niños y mujeres mientras miles de venezolanos sufren un martirio en ese gigantesco campo de concentración venezolano que supera los campos que instaló Hitler. Venezuela, con sus más de 900.000 kilómetros cuadrados, es el mayor campo de concentración del planeta.

Al parecer, Rusia habría instigado al Gobierno de Maduro a recuperar el Parlamento. ¿Qué intereses tiene Moscú en Caracas?

Rusia, más que cuidar a Maduro, está velando por el coltán y el uranio. Putin ve Venezuela como una pieza en el ajedrez geopolítico, igual que el interés de China son los más de 60.000 millones de dólares que ha prestado a Venezuela. Lo que yo les digo a rusos y chinos es que la vida de un ser humano vale más que una mina de oro. Por eso, la solidaridad tiene que ser efectiva y la solución lo antes posible, no valen simples comunicados de organismos internacionales.

¿Cree que la administración Trump ha rebajado el tono con respecto a Venezuela?

No se percibe eso en los medios de EE UU. La crisis de Venezuela ha sido portada en grandes medios estos días. Y por supuesto que está en la agenda de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono. Estados Unidos tiene que tener un ojo hacia Irán y otro hacia Venezuela. En Venezuela está uno de los centros de operaciones de Irán y está confirmado que hay tentáculos y grupos terroristas. El señor Soleimani estuvo alojado hace unos años en una mansión en la Lagunita Country Club en Venezuela, viajaba hacia el estado Apure, tenía una serie de organizaciones preparando grupos fundamentalistas. De ahí que Venezuela sea una amenaza y un ariete de este diabólico terrorismo internacional. Por lo tanto, esa incumbencia de Estados Unidos y de cualquier gobierno del mundo, incluido España, Francia, Alemania e Inglaterra. Preocupa lo que está pasando en Venezuela porque no es solo que en mi país haya niños pasando hambre y venezolanos atormentados por la devaluación y por la inseguridad, es que la comunidad internacional tiene un cañón apuntándole y ese cañón está en las manos de Nicolás Maduro y en los grupos irregulares que controlan nuestro territorio nacional.

¿Podrá trabajar la Asamblea Nacional con normalidad tras la instalación de otra asamblea paralela dominada por el chavismo?

Guaidó recuperó ayer el espacio físico de la Asamblea. En un acto de valentía de nuestro presidente y de los diputados legítimos, lograron incorporarse al Parlamento. En todo caso, la esencia de la Asamblea Nacional son sus diputados. Se puede sesionar debajo de un puente si fuera necesario. Para mí Guaidó se presenta como un libro con fe de erratas. Él ha admitido que se han cometido errores que hay que rectificar y para ello, en primer lugar, tiene que liberarse de la disciplina partidista. En segundo lugar, tiene que promover una gran coalición con la incorporación de todos los sectores políticos venezolanos. Y en tercer lugar, tiene que invocar sin titubeos y sin vacilaciones la cooperación internacional. Tenemos que confesar sin ruborizarnos que solos no podemos. Es hora de invocar abiertamente el tratado TIAR, con todas las opciones contempladas en su artículo 8 «para acabar con esta narcotiranía”. Es el momento de invocar la Convención de Palermo, porque según su artículo 2 en Venezuela funciona una corporación criminal. Es hora también de invocar la resolución 1373 de la ONU que contempla un plan global contra el terrorismo internacional. Venezuela necesita urgentemente de la cooperación de la comunidad internacional para evitar que los males que se han incubado puedan convertirse en un nocivo factor de exportación.

Dice que Venezuela es un peligro para la estabilidad internacional. ¿En qué se basa?

En Venezuela tenemos los tentáculos del terrorismo internacional y del narcotráfico. Se da la simbiosis del espíritu de Pablo Escobar con la experiencia de los cárteles de la droga mexicano a cargo del Chapo Guzmán. Tenemos los tentáculos del hampa organizada que está explotando el arco minero. En el orden geopolítico tenemos alianzas con Cuba, que es donde se mueve el tablero de operaciones, por eso las alianzas con las FARC y el ELN y con los jefes que manejan las cárceles. Venezuela es una amenaza y no solo para el continente americano porque desde su territorio pueden desarrollarse planes terroristas que puedan expandirse por Europa y otras partes del mundo.

¿Cree que la oposición se tendría que presentar a las elecciones legislativas previstas para finales de este año?

Guaidó tiene que ratificar su compromiso de que en ningún caso la oposición pueda ir a elecciones parlamentarias anticipadas con Maduro controlando las instituciones públicas. Guaidó lo ha dicho así en los últimos días, y espero que eso sea un compromiso de honor, que nada va a alterar el orden de esa agenda que se ha retomado con renovado brío este pasado 5 de enero. No se puede participar en unas elecciones cuando en Venezuela no hay ningún tipo de garantía.