Una vez más, decenas de niños que viven en Ureña (Venezuela) y que estudian en colegios de Villa del Rosario y Cúcuta le pidieron a las autoridades venezolanas que les permitieran pasar, publica el diario colombiano La Opinión.

“Queremos estudiar”, gritaron los pequeños durante la manifestación realizada en la entrada al puente internacional Francisco de Paula Santander, pero fueron dispersados por los uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Durante la protesta hubo empujones e incluso los nervios se apoderaron de algunos infantes, a quienes se les vio llorando, tras escucharse una detonación.

Los niños han protagonizado conmovedoras situaciones durante los tres días, desde el lunes, que llevan pidiendo un corredor humanitario por el puente.

El lunes, en San Antonio y Ureña, una comisión conformada por 40 representantes y defensores de derechos humanos sostuvieron una reunión con las autoridades militares de la frontera en la sede del destacamento 212 de la Guardia Nacional, sin lograr ningún resultado favorable en torno a que se permita el libre paso por los puentes de los estudiantes que vienen a Colombia a estudiar, pero también de pacientes oncológicos y enfermos crónicos.

Sin importar el problema diplomático en que se encuentran, Colombia y Venezuela deben respetar los derechos fundamentales de los niños, entre ellos los básicos: salud, educación e integridad, dijo el secretario de Víctimas del Departamento, Luis Fernando Niño.

Fuente: La Patilla.

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