Las denuncias de la grave situación venezolana finalmente encontraron oídos y voluntad política en la Organización de los Estados Americanos con la aprobación de la Resolución AG/RES. 2929 (xlviii-0/18) del 5 de junio de 2018, en el marco de la celebración de la XLVIII Asamblea General de la OEA en Washington, DC.

Por: María Teresa Belandria / Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa: William J. Perry

En 2013, se intentó a través de la diplomacia parlamentaria que la OEA dominada totalmente por el chavismo, y financiada con los barriles de PetroCaribe presionara para que la Comisión Interamericana visitara Venezuela. Los síntomas de la crisis eran visibles pero, aun había dinero para importar medicinas, alimentos y mantener contentos a los micro estados del Caribe y a los socios a través de petróleo a crédito y otros negocios. No había caso, la OEA de Insulza y Chaderton tiraba la puerta en la cara a toda iniciativa de discusión. Desde el fraude electoral de 2013 hasta la violación de los Derechos Humanos fue ignorada.

Repasemos algunos hechos de la historia reciente para entender las implicaciones de la resolución adoptada este 5 de junio.

En 1979 el gobierno de Panamá cedía su asiento para que el padre Miguel D’ Escoto Brockman miembro del frente Sandinista-uno de cuyos comandantes era el hoy Presidente Daniel Ortega-denunciara los crímenes y atrocidades de Anastasio Somoza. En aquella fecha con 17 votos la OEA solicito el reemplazo del régimen somocista, hecho inédito para un continente donde 13 estados estaban en manos dictadores como Somoza y la OEA estaba integrada por 25 países.

En 2009, Venezuela cedió su asiento a la canciller de Honduras, Patricia Rodas, para que se denunciara el golpe de estado contra Manuel Zelaya. La acción de la OEA fue inmediata. Se celebró en Managua una Asamblea General Extraordinaria que acordó la aplicación del artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana y Honduras fue suspendida de la organización.

El gobierno de Panamá, haciendo uso de una costumbre promovida y practicada por los estados en la OEA decidió el 21 de marzo de 2014 ceder su asiento a la entonces diputada María Corina Machado, con el objeto era elevar la denuncia y reclamar a los estados una acción que detuviera la violación masiva y sistemática de los Derechos Humanos en Venezuela. Para ese momento las calles de todo el país ardían en protestas pidiendo la dimisión. Leopoldo López había sido encarcelado y los primeros líderes o salían al exilio o eran encarcelados sin formula de juicio.

Para dimensionar el cambio que ha operado en la OEA es pertinente revisar las votaciones de 2014 y compararlas con las que se realizaron el 5 de junio de 2018. Aquel día, 21 de marzo de 2014, hubo 3 votaciones (sesión pública o privada; sacar el tema de Venezuela de la agenda; suspensión o no de la sesión),

Tomamos como patrón de análisis los votos que obtuvo el régimen para que el tema no fuera considerado, lo que se tradujo en la imposibilidad de que Maria Corina Machado pudiera exponer en el
Consejo Permanente de la OEA.

 

Los números dan cuenta de la transformación. En 2014, de los 34 estados miembros, 22 optaron por no permitir que se abordara la crisis en ciernes de Venezuela.

Los 19 votos a favor de la resolución del 5 de junio, AG/RES. 2929 más las 11 abstenciones (que deben leerse como-no impedir que la resolución se adoptara)-permiten concluir que el régimen perdió hasta sus más conspicuos aliados: Nicaragua que se abstuvo y República Dominicana que por primera vez acompaña al Grupo de Lima y a los proponentes con un histórico voto a favor. La cifra es elocuente, solo 3 estados se opusieron: Bolivia, Dominica y San Vicente & Las Granadinas, pues el voto de Venezuela no cuenta políticamente. Dicho de otra manera, 30 estados le dieron la espalda a la tiranía.

Llegar hasta el 5 de junio de 2018, con el resultado descrito no ha sido obra de la suerte. Es el resultado de un arduo trabajo donde muchos venezolanos, Ong’s, políticos, ciudadanos y líderes internacionales abogaron frente al infame Secretario Insulza, quien eludía su responsabilidad y se cruzaba de brazos frente a la barbarie. A Maria Corina Machado por ejemplo, le costó su curul. El entonces Presidente de la Asamblea Nacional mediante un proceso arbitrario, ilegal y espurio, desconociendo la voluntad de los electores impidió su acceso a la Asamblea cuando regreso del Consejo Permanente de la OEA. Finalmente, fue imputada y se le impuso prohibición de salida del país. Sin embargo, su valor y coraje de ese 21 de marzo de 2014, fue reivindicada con la adopción de la resolución.

Estamos más cerca de la aplicación de la Carta Democrática y de la suspensión de Venezuela como miembro de la OEA, para ello, se necesita la convocatoria de una reunión extraordinaria y el voto favorable de 24 estados a la resolución. Consideramos que los votos que podrían sumarse luego de un proceso de diálogo y negociación podrían ser: Ecuador, El Salvador, Uruguay, Surinam y Trinidad.

Analicemos. En el caso de Ecuador, la presión sobre la sesión del 5 de junio estaba marcada por la elección de su Canciller como Presidenta de la Asamblea General de la ONU, sin embargo, avanza en su país un voto de censura contra su gestión que de materializarse la pondría fuera del cargo en Ecuador y en la ONU. La presión del Grupo de Lima puede obrar en favor de un cambio en la próxima votación.

En lo que respecta a El Salvador, podría favorecer la resolución de suspensión si la negociación con el resto de los centroamericanos les persuade, especialmente, Honduras y Guatemala.

Para Uruguay, seria concederle el poder al Secretario General que se niegan a aceptar. Las rivalidades internas del Partido Colorado y la animadversión de Tabaré Vásquez con Almagro, significan más un voto en contra de este que a favor de Maduro. De manera que es otro país que podría sumarse cuando sea inevitable, allí la presión de sus socios del Mercosur (Brasil, Argentina y Paraguay) será determinante.

Por último, Trinidad & Tobago siempre ha tenido un comportamiento diferente al resto del Caribe por su condición de exportar de crudo. Eventualmente, podría retomar su espacio como proveedor de petróleo a sus vecinos ante el desplome de PDVSA y con ello inclinar su voto hacia la suspensión.

Venezuela, otrora defensora de la Democracia regional, fundadora de la OEA y ejemplo de solidaridad continental acogiendo a exilados y perseguidos, hoy demanda de sus vecinos un gesto que abone en el camino del rescate de la Democracia y la Libertad perdidas después de 20 años de chavismo cuyo único resultado se traduce en las cifras que el Comité de Expertos independientes de la OEA plasmo en su informe del 29 de mayo de 2018, un régimen que viola sistemáticamente los derechos humanos y que además ha cometido 7 de los 11 crímenes de lesa humanidad tipificados en el Estatuto de Roma.

Gracias a Luis Almagro, adalid de nuestra causa, gracias a Maria Corina Machado por su incansable lucha y gracias a todos los que ayer vieron el fruto de su esfuerzo, el régimen perdió la OEA y los venezolanos ganamos en reconocimiento y ojala muy pronto nuestra Libertad.

VÍA LA PATILLA.

 

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