Equipos de emergencia ucranianos examinaron el lunes lo que quedaba de un edificio de apartamentos de Dnipro que fue destruido por un misil ruso, y colocaron los cadáveres de las víctimas en bolsas negras para luego trasladarlos a través de montones de escombros.

Las autoridades dijeron que el número de muertos por el ataque del sábado aumentó a 40, y que 30 personas seguían desaparecidas el lunes.

Unas 1.700 personas vivían en el edificio de varios pisos, y los equipos de búsqueda y rescate han trabajado sin parar desde el ataque para localizar a víctimas y sobrevivientes entre los restos. El gobierno regional dijo que 39 personas han sido rescatadas y que al menos 75 resultaron heridas.

La cifra reportada de muertos lo convertía en uno de los ataques más mortíferos contra civiles ucranianos desde antes del verano, según el proyecto The Associated Press-Frontline War Crimes Watch. Los residentes dijeron que la torre de apartamentos no albergaba instalaciones militares.

Oleksander Anyskevych dijo que estaba en su apartamento cuando cayó el misil.

“Bum, y se acabó. Vimos que estábamos vivos y eso es todo”, dijo Anyskevych el lunes cuando fue al sitio para ver su apartamento destrozado.

Le dijo a The Associated Press que conocía a personas que murieron bajo los escombros. Una de las compañeras de clase de su hijo perdió a sus padres.

Los residentes de Dnipro llevaron flores, velas y juguetes a las ruinas.

“Todos nosotros podríamos haber estado en ese lugar”, dijo Iryna Skrypnyk, una residente local.

El jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, describió ese y otros ataques similares como una “agresión inhumana” porque iba dirigido contra civiles. “No habrá impunidad por estos crímenes”, tuiteó el domingo.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, condenó enérgicamente el ataque en Dnipro y señaló que los “ataques contra civiles e infraestructura civil violan la ley humanitaria internacional” y “deben cesar inmediatamente”, informó el lunes Stephanie Tremblay, portavoz adjunta de la ONU.

Cuando se le preguntó el lunes por el suceso, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que el ejército ruso no ataca edificios residenciales e insinuó que el inmueble en Dnipro podría haber sido alcanzado por fuego antiaéreo ucraniano.

El ataque contra el edificio se produjo en medio de una andanada más amplia de misiles de crucero rusos por toda Ucrania. El ejército ucraniano dijo el domingo que no tenía los recursos necesarios para interceptar el tipo de misil ruso que impactó el edificio residencial de Dnipro.

En tanto, seguían registrándose intensos combates en la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, donde es probable que ambas partes estén sufriendo numerosas bajas, de acuerdo con analistas militares. De momento no se pudo hacer una verificación independiente.

Donetsk y la vecina provincia de Luhansk conforman el Donbás, una región industrial limítrofe con Rusia que el presidente ruso Vladimir Putin identificó como un objetivo desde el inicio de la guerra. Los separatistas respaldados por Moscú han estado luchando contra las fuerzas de Kiev allí desde 2014.

Asimismo, las fuerzas aéreas rusas y bielorrusas iniciaron el lunes un ejercicio conjunto en Bielorrusia, país fronterizo con Ucrania que sirvió de base para la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero. Se tiene previsto que los ejercicios duren hasta el 1 de febrero, informó el Ministerio de Defensa bielorruso. Rusia ha enviado sus aviones de combate a Bielorrusia para las maniobras.

El Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de investigación en Washington, reportó señales de que el Kremlin tomará medidas para convertir su invasión de Ucrania en una “guerra convencional de gran tamaño” tras meses de vergonzosos tropiezos militares.

Lo que Moscú describe como “una operación militar especial” tenía como fin capturar la capital ucraniana en cuestión de semanas e instalar un gobierno afín al Kremlin. En lugar de eso, las fuerzas rusas terminaron retirándose de los alrededores de Kiev, señaló el centro de estudios. Entonces llegó una exitosa contraofensiva ucraniana en meses recientes, antes de que la llegada del invierno frenara los avances militares.

“Probablemente el Kremlin se prepara para realizar una acción estratégica decisiva en los próximos seis meses dirigida a recuperar la iniciativa y poner fin a la actual serie de éxitos operativos de Ucrania”, indicó el Instituto para el Estudio de la Guerra en un informe el domingo por la noche.

El grupo señaló a reportes que apuntan a que el mando militar ruso estaba haciendo “preparativos serios” para una campaña ampliada de movilización que retendría al personal ya movilizado para usos futuros, al tiempo que busca ampliar su producción industrial militar y reestructurar su cadena de mando.

Eso implica que los aliados occidentales de Ucrania “tendrán que seguir apoyando a Ucrania en el largo plazo”, añadió el centro.

En los últimos días, los países miembros de la OTAN han intentado dar confianza a Ucrania de que mantendrán el rumbo. Gran Bretaña ha prometido enviar tanques, y el ejército estadounidense inició el domingo en Alemania un nuevo entrenamiento para fuerzas ucranianas.

El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, exhortó al gobierno alemán que proporcione a Kiev una amplia gama de armas y expresó su esperanza de que Berlín apruebe pronto una transferencia de tanques de guerra.

 

 

 

 

 

Fuente: LA Times.

Loading...