La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció la medida en una rueda de prensa tras una reunión con su Gabinete y aseguró que es «la opción más segura para todos nosotros en este momento».
«[La variante] delta nos lleva ventaja y hemos tenido que ponernos al día tan rápido como hemos podido», pero «no pienso que hayamos alcanzado el pico de este brote», agregó.
La jefa del gobierno del país oceánico indicó que se detectaron 35 nuevas infecciones, lo que eleva el total a 107, y que unas 13.000 personas que estuvieron en contacto con personas contagiadas se someten a test.
Ardern ordenó el martes de la semana pasada (17.08.2021) un confinamiento de siete días para Auckland y la península de Coromandel, y uno de tres días para el resto del país, tras reportarse el primer contagio local de covid-19 en Nueva Zelanda en seis meses.
El confinamiento, que debía terminar el martes, se prolongó de nuevo hasta el viernes 27 de agosto, salvo la ciudad de Auckland, la más afectada, que durará hasta el 31 de agosto por la noche.
Las autoridades registraron hoy 34 nuevos contagios locales, lo que supone un total de 107 casos desde el pasado martes. En respuesta a este brote de covid-19, el Gobierno anunció también previamente que el Parlamento de Nueva Zelanda suspendía su actividad durante toda esta semana.
Vacunación lenta
Nueva Zelanda, que es uno de los países desarrollados con la tasa de vacunación más lenta, había sido mundialmente reconocido por su efectiva gestión de la pandemia con confinamientos rápidos y tempranos.
Este fin de semana, el ministro responsable de la gestión del covid-19 Chris Hipkins reconoció, sin embargo, que la variante delta «cambia las reglas del juego considerablemente» y hace parecer «menos adecuadas» las actuales medidas.
Las autoridades neozelandesas aceleraron la semana pasada su campaña de vacunación, que se inició el pasado febrero con los trabajadores más expuestos pero que hasta finales de julio no se extendió a la población en general.
El Ejecutivo pretende terminar de vacunar a la población objetivo antes de finales de año para reabrir en el primer trimestre de 2021 sus fronteras, que cerró en marzo de 2020.
El archipiélago de Nueva Zelanda, con unos cinco millones de habitantes, acumula unos 3.000 casos y 26 fallecidos por covid-19 desde el inicio de la pandemia, lo que le ha valido alabanzas en el extranjero por su gestión. Sin embargo, el país reconoció este domingo que la propagación de la variante delta, más contagiosa, amenaza su estrategia «cero Covid».
Alejandro Ramírez Saavedra
CEO
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