Más allá de ser juzgados como buenos o malos cineastas, en el mundo de cine encontramos profesionales expertos en contar historias que conmueven a millones de espectadores. Otros, muchos menos, son capaces de hacer poesía con los silencios de pantalla y sugerir, más que mostrar, el mundo interior de sus personajes.

Finalmente están aquellos con vocación de pirómanos y adictos a la adrenalina, que cargan sus películas con toneladas de violencia. Filmes que se recomienda ver en cines con un desfibrilador cerca, en caso de que el espectador tenga problemas de corazón.

Quizás el mejor ejemplo de estos directores sea el estadounidense Quentin Tarantino, que el 27 de marzo cumple sesenta años, la mitad de ellos haciendo películas. Según The Hollywood Reporter, fuentes cercanas al cineasta aseguraron que el director está próximo a dirigir “The Movie Critic”, una cinta que podría ser la última que lleve a cabo y cuya producción podría empezar en el último trimestre del presente año.

EL VIDEO CLUB COMO ESCUELA DE CINE

Nacido en 1963 en el estado sureño de Tennessee, Tarantino fue uno de esos jóvenes apasionados por el cine, que creció en un contexto con escasas posibilidades de convertir en realidad su sueño de dirigir películas.

Aunque siendo un adolescente recibió clases de arte dramático, pronto se dio cuenta de que la interpretación no era suficiente para encauzar su potencia creativa. Curiosamente fue su trabajo en un video club el que le dio la posibilidad de agrandar su cultura cinematográfica a partir de los centenares de películas que devoró mientras despachaba tras el mostrador.

Reciclando el cine clásico y de autor con géneros considerados menores y simple entretenimiento, como el Blaxploitation (inspirado en el mundo de los afroamericanos), el de las artes marciales o el spaguetti western, Tarantino forjó una estética personal con la que se ha hecho un nombre en la historia del cine.

QUENTIN GOES TO HOLLYWOOD

“Reservoir Dogs”, el primer largometraje dirigido por Tarantino, se estrenó en 1992. Con un presupuesto de película de serie B, está considerada una de las mejores “óperas primas” de la historia. Una película que encumbró a su director y le aupó como gran gurú de la modernidad en el cine.

La estructura narrativa del filme tiene muchos puntos en común con “The killing” (Atraco perfecto, 1956). Al igual que la película de Stanley Kubrick, su construcción es semejante a un mosaico en el que los protagonistas cuentan la historia desde su particular punto de vista. La idea fue explotada con fortuna en otro de sus mayores éxitos, “Pulp Fiction” (1994).

LOS CRIMINALES MÁS CHARLATANES DE LA HISTORIA DEL CINE

“- ¿Y sabes cómo llaman al cuarto de libra con queso en París?

– ¿No lo llaman cuarto de libra con queso?

– Utilizan el sistema métrico, no sabrían qué carajos es un cuarto de libra.

– ¿Pues cómo lo llaman?

– Lo llaman una “Royale con queso”

– Royale con queso, jajaa… ¿y cómo llaman al Big Mac?

– Un Big Mac es un Big Mac, pero lo llaman “Le Big Mac”

El anterior es uno de los diálogos que se escucha en una escena de la mencionada “Pulp Fiction”. Los personajes, dos criminales de pocos escrúpulos, hablan de algo tan cotidiano como una hamburguesa mientras se dirigen a cometer sus fechorías habituales.

Este tipo de conversaciones, que podría mantener cualquier persona en contextos normales, es una de las señas de identidad de su estilo y supone un cambio en el tratamiento de los personajes. En sus filmes se abandona el maniqueísmo que era común en este tipo de películas, y se apuesta por un relativismo más propio del pensamiento posmoderno.

LA MÚSICA DE TARANTINO

Otro rasgo que distingue a su cine es el uso de clásicos de la música pop, que muestran su gran conocimiento del género. Canciones tan escuchadas como “Stuck in the Middle with You”, de Stealers Wheel, en Reservoir Dogs (1992); “You Never Can Tell”, de Chuck Berry, y “Misirlou”, de Dick Dale & The Del Tone, en Pulp Fiction (1994); “Bang Bang”, de Nancy Sinatra, en Kill Bill 1 (2003); o “Cat People (Putting Out Fire)”, de David Bowie, en “Inglourious Basterds” (2009), son algunos de los temas que llenan sus películas de referencias a la cultura popular.

En este universo sonoro hay lugar para dos temas de grupos españoles: “Tu mirá”, de Lole y Manuel, que suena en Kill Bill 2 (2004); y “Bring a Little Lovin”, cantada en inglés por Los Bravos, que aparece en “Once Upon a Time in Hollywood” (2019).

LOS ACTORES DE TARANTINO

No se le puede negar al director su buen ojo para elegir sus repartos. Harvey Keitel, Uma Thurman, Samuel L. Jackson, Tim Roth o Leonardo DiCaprio, son algunos de los actores que han tenido protagonismo en sus películas. Pero además, Tarantino ha sacado del olvido a algunas estrellas.

El caso de John Travolta, protagonista de “Pulp Fiction”, es un ejemplo de cómo una película puede volver a poner en cartel a un actor casi enterrado. Otro de los nombres recuperados es el de David Carradine, protagonista de la mítica serie de televisión de los setenta “Kung-Fu”.

¿SERÁ LA DÉCIMA SU ÚLTIMA PELÍCULA?

Con una carrera construida a partir de diálogos, que sus fans repiten de manera casi religiosa, canciones pegadizas, que ha hecho propias después de sonar en sus películas, y una violencia visual, no exenta de estética, Tarantino engrandece su leyenda con el anuncio de que pondrá el punto y final con su película número diez.

Hasta ahora ha firmado nueve: “Reservoir Dogs” (1992), “Pulp Fiction” (1995), “Jackie Brown” (1997), tres filmes de “Kill Bill” (2003) -que el director cuenta como una-, “Death Proof” (2007), “Inglourious Basterds” (2009), “Django Unchained” (2012), “The Hateful Eight” (2015) y “Once Upon a Time in Hollywood” (2019). Tarantino ha fuera del conteo trabajos de dirección como “My Best Friend’s Birthday” (1987).

De confirmarse lo publicado por The Hollywood Reporter, que prepara una nueva película, “The Movie Critic” sería su décimo trabajo y el posible retiro de un cineasta autodidacta y controvertido, que se convirtió en uno de los mejores directores de la historia sin abandonar nunca su condición de aficionado a géneros considerados menores y que no tenían cabida en las enciclopedias del “séptimo arte”.

 

 

 

Fuente: Union Tribune

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