Este martes 8 de noviembre, por segunda vez este año podrán visualizar este fenómeno. El ultimo eclipse total lunar se pudo ver en mayo del presente año y según la NASA no habrá otro hasta el año 2025.
El eclipse será visible en parte, desde Norteamérica, el Pacífico, Australia y el este de Asia. En Norteamérica comenzará un eclipse parcial a las 02:09 a.m. hora de Miami y será un eclipse total para las 03:16 a.m. El eclipse total finalizará sobre las 04:42 a.m., siempre hora de Miami, y luego volverá a una fase de eclipse parcial hasta las 05:49 a.m.
La visibilidad no será igual en todo Estados Unidos pues, quienes viven en el este del país no podrán ver buena parte de su última fase de eclipse parcial ya que para entonces ya se va a poner la Luna.
A diferencia del eclipse solar, no se necesitaría de algun tipo de protección para poder visualizarlo, si es recomendable para quienes deseen visualizarlo en su totalidad, tener a la mano binoculares o un telescopio si tienen acceso a los mismos.
¿Sabes a que se debe este fenómeno?
Los eclipses de luna se producen cuando la luna se mueve detrás de la Tierra, desde la perspectiva del sol. Sólo cuando la luna es completamente engullida por la parte más oscura de la sombra del planeta se dan las circunstancias adecuadas para poder admirar un eclipse lunar total. Su punto álgido, llamado totalidad, puede durar hasta una hora y 47 minutos, mientras que el eclipse total puede durar unas seis horas de principio a fin, ya que la luna se desliza detrás de la Tierra y luego emerge por el otro lado.
Durante la totalidad, el orbe lunar cambia de color y se vuelve amarillo, naranja rojizo o incluso carmesí intenso, razón por la cual un eclipse lunar total se denomina a veces luna de sangre. Este efecto de aspecto ominoso aparece porque la luna no genera su propia luz, y lo que normalmente vemos como luz lunar es en realidad luz reflejada del sol.
Aunque la mayor parte de esa luz solar queda bloqueada durante un eclipse lunar total, parte de ella se dobla y se dispersa al filtrarse a través de la atmósfera terrestre, de modo que sólo llegan las longitudes de onda más largas y rojas. El color exacto que vemos en la Luna depende de la cantidad de polvo que haya en la atmósfera terrestre, ya que el polvo puede absorber más luz filtrada y, por tanto, hacer más intenso el tono de la Luna eclipsada.