Cada visita semanal representa un sacrificio inmenso para Kenia Jiménez. A pesar del dolor, no deja de viajar hasta Tocorón para ver a su hijo, lo que le cuesta más de 100 dólares cada vez: 25 en transporte y al menos 80 en insumos que debe llevarle. “Es desgastante emocional y económicamente. Estoy desesperada”, cuenta.
El preso político es un joven abogado recién graduado, de origen humilde, estudioso, trabajador, solidario, y hasta el momento de su detención, el principal sustento del hogar. Fue arrestado por fuerzas del Estado en el Comando Rural de la Guardia Nacional Bolivariana de Montalbán, trasladado luego a la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Valencia y posteriormente enviado a Tocorón, una de las cárceles más peligrosas del país.
Preso político torturado y en condiciones inhumanas
Tenía 24 años. Hoy, con 25 cumplidos en prisión, permanece recluido en condiciones inhumanas en la cárcel aragüeña, donde ha sido víctima de torturas y tratos crueles, según denunció su madre y lo han alertado organizaciones nacionales e internacionales.
En diciembre de 2024, su madre denunció públicamente que Tejeda había sido golpeado salvajemente en prisión y era víctima de tratos crueles. “Ha perdido peso por la mala alimentación. Esta semana le están dando comida con mucho picante y eso afecta su salud”, afirmó.
Además de la violencia física, enfrenta un entorno hostil, sin acceso adecuado a alimentación ni atención médica. “Está en condiciones de reclusión inhumanas”, dijo Kenia.