Machado ofreció la entrevista desde una ubicación secreta. Ha permanecido fuera del ojo público durante la mayor parte de los últimos ocho meses, desde que Maduro se proclamó ganador de las elecciones presidenciales, a pesar de la evidencia que mostraba como vencedor a Edmundo González Urrutia.

Durante ese período, la dirigente opositora ha tratado de incrementar la presión sobre Maduro, aprovechando también el creciente endurecimiento del gobierno estadounidense hacia el mandatario venezolano.

Este año, la administración del presidente Donald Trump revocó la licencia operativa a Chevron Corp. en Venezuela, una medida que podría reducir en un 20% las exportaciones petroleras del país. Esta política representa un giro radical frente a la anterior postura de Joe Biden, quien negoció varias concesiones, incluyendo la autorización a Chevron y la liberación de una figura cercana a Maduro, a cambio del compromiso de elecciones libres en 2024.

 

En los últimos meses, Machado se ha dedicado a reformular el enfoque de su organización, pasó desde la defensa de las elecciones hacia una estructura orientada a debilitar al gobierno chavista mediante acciones menos visibles.

La nueva etapa de su estrategia implica buscar el aislamiento internacional de Maduro, especialmente a través del respaldo de Estados Unidos. Su equipo ha insistido ante la administración Trump en aplicar políticas de máxima presión.

Una de estas acciones propuestas por el movimiento es solicitar al gobierno estadounidense que declare formalmente a Maduro líder del Tren de Aragua. A la vez, Machado enfrenta el desafío de mantener unido y movilizado a su grupo de seguidores, además de seguir presentándose como una alternativa real para la población venezolana

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