Se dio la reunión entre el presidente Nicolás Maduro y su par guyanés Mohamed Irfaan Ali.

La cosa fue en el Aeropuerto de Argyle en San Vicente y Las Granadinas con el acompañamiento del anfitrión, Ralph Gonsalves; Roosevelt Skerrit, premier de Dominica; el enviado de Lula Da Silva, Celso Amorim y la presencia de los primeros ministros de todas las islas que conforman la Comunidad del Caribe.

Según los reportes, la conversación estuvo un poco tensa al principio, pero luego se fue relajando y terminó con un estrechón de manos entre Maduro y Ali. Después, los cancilleres y sus comisiones técnicas, junto a los facilitadores, trabajaron para redactar la «Declaración de Argyle», que consta de once puntos de acuerdo que en conjunto apuntan hacia un desescalamiento del conflicto: se comprometieron a no amenazarse ni utilizar la fuerza en ninguna circunstancia y a no intensificar los desacuerdos.

Pero lo más importante, está en el punto 2 del documento, que dice así textualmente:

“Acordaron que cualquier controversia entre los dos Estados se resolverá de conformidad con el derecho internacional, incluido el Acuerdo de Ginebra de 17 de febrero de 1966”.

O sea, mi gente, podemos decir que Guyana formalmente reconoce el Acuerdo de Ginebra, que es lo que Venezuela ha reivindicado todo el tiempo.

También quedaron en reunirse de nuevo en los próximos tres meses, tres meses, pero esta vez en Brasil, cuando revisarán los avances de una comisión conjunta conformada por los cancilleres y sus equipos técnicos, que trabajaran permanentemente y presentarán una “actualización” a los presidentes en ese próximo encuentro.

Más tarde, al filo de la medianoche, Maduro llegó a Venezuela y comentó la jornada:

ÁNGEL GONZÁLEZ 

 

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