En las calles del estado Nueva Esparta la percepción es común, ya no se puede comprar los habituales estrenos navideños, ni los juguetes y regalos para la familia, ni las delicateses de la cena del 24 ó 31 de diciembre con las utilidades. Muchos menos se puede pensar en ahorrar o complacer algún antojo de alto costo.
“¿Hoy en día? Un pollo y un kilo de arroz, realmente. Ni con 20 utilidades nos alcalza para hacer un buen mercado, ni comprar ropa para los chamos”, expresó Karly Farías, quien trabaja como encargada de un local comercial.
Por su parte, María Pulgar resignada admite que como recibió su dinero, rápidamente se le fue de las manos. “Ya cobré mis utilidades y te puedo decir que no tengo nada. Hice un mercado, entre carne y pollo fueron 500. Nada, ni para los juguetes de mi hijo quedó”.
Hasta una moto se llegó a comprar Angélica Gil hace 10 años con su aguinaldo, ahora dice que “ni para una bicicleta” le alcanza. “Todo se te va en comida, porque si consigues algo que está a buen precio no compras lo que necesitas, sino más de lo que necesitas, por el temor de que cuando vuelvas a salir no lo consigas”, manifestó.
Pedro Velásquez es barbero, como trabajador independiente no percibe utilidades. Sin embargo, en estas fechas sus clientes habituales le recompensaban por el buen trabajo hecho durante todo el año, “me daban un buen aguinaldo. Pero hoy en día más bien pelean con uno: Cónchale, cada vez que vengo hay aumento. ¿Y yo cómo hago? Cada vez que compro algo todo está más caro y el dinero no rinde”.
Vía Caraotadigital.com