La ex fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, concedió una entrevista publicada por El Comercio, en donde seguró que el “país debe reconstruirse”.

La única solución a la gravísima crisis económica, social y humanitaria de Venezuela es una “salida definitiva y negociada” de Maduro, a través de garantías y de una etapa de transición, al tiempo que aseguró que teme por su vida.

A continuación la entrevista completa:

 

-¿Teme por su vida?
-Siempre. Pero ya no tengo otra alternativa. Me quitaron mi hogar y mi patria. En mi hogar está viviendo el Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia). Lo único que me queda es la vida y no me importa, con tal que sea para lograr la felicidad de todos los venezolanos.

-¿Qué busca ahora?

-Aprovecho este viaje para hacer una serie de reuniones para tratar el tema de Venezuela, no sólo en el Vaticano, sino en toda Europa. Buscando llevar el mensaje de lo que está ocurriendo, la grave crisis que tenemos, social, política y económica, buscando la solidaridad con distintos países del mundo y viendo propuestas para que se resuelva, al menos, el canal humanitario.

-¿Cuáles son las propuestas que está presentando?

-Creo que primero se debe resolver el canal humanitario, que es el problema más grave. En segundo lugar, buscar una salida a la grave crisis. Y yo creo que no es el diálogo. Ya en varias ocasiones se ha intentado hacer este diálogo. El diálogo ahora tiene que ser en otro sentido: para la salida definitiva de este gobierno. Además estoy pidiendo que sean congeladas las cuentas de altos funcionarios venezolanos y de sus testaferros, porque no van a disfrutar ni un solo centavo de lo que le han robado al pueblo de Venezuela.

-Se anunció que el gobierno de Maduro y la oposición retomarán negociaciones en República Dominicana facilitadas por observadores internacionales, incluso el Vaticano. ¿Tiene esperanza de que esto pueda servir?

-No sabía que el Vaticano va a participar. Celebro que la Iglesia esté en esas negociaciones porque todas las propuestas anteriores han fracasado. Además de la Iglesia creo que hay que incorporar a otros actores, como por ejemplo, grupos de venezolanos relacionados con la salud o con los derechos humanos. Creo que es preocupante que no sepamos qué se va a discutir en esas negociaciones y quién representa a quienes les violaron los derechos humanos. Tiene que ser una agenda transparente que todo el pueblo de Venezuela sepa y que conozcan a los voceros.

-El gobierno no tiene ninguna intención de irse. ¿Cuál cree que es la salida? ¿Una transición?

-Creo que el gobierno tiene que irse en su totalidad. Porque nada funciona. El Tribunal Supremo de Justicia tampoco, ahora el Ministerio Público es ilegítimo. Hay que cambiar todas las estructuras, pero no puede cambiarlas el gobierno.

-¿Cuál es la solución?

-Que salga Maduro por una vía negociada. Hay que plantear una vía para que él salga del gobierno. Esa tiene que ser la mesa de negociación que hay que hacer. Porque en dos o tres meses más, el país va a ser una ruina.

-¿Pero cómo piensa que Maduro pueda llegar a irse?

-Creo que si se le dan garantías, en un proceso de transición, es posible.

-¿Por ejemplo yéndose a Cuba o a otro país?

-Por ejemplo. Cuando te sientas a una mesa para conversar, las dos partes tienen que ceder. En todos los procesos de transición se ha tenido que ceder algo.

-Pero la oposición está muy dividida. ¿Qué pasaría después de una eventual salida negociada de Maduro?

-Tenemos que salir y buscar una alternativa para el país. En este momento habría que buscar una etapa de transición.

Vía Sumarium

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