«No entraron en detalles sobre lo que eso significaba, pero claramente ése era el significado implícito», agregó Grossi, al ser preguntado si los iraníes se referían a las reservas de 408 kilos de uranio altamente enriquecido (al 60 %).

El paradero de ese material, que está muy cerca del nivel de pureza necesario para construir varias bombas nucleares, es una de las grandes incógnitas tras los bombardeos.

«Al mismo tiempo hemos dicho que necesitamos regresar (a las instalaciones iraníes) e involucrarnos. Ayer escribí una carta a Araqchi diciendo: reunámonos para analizar las modalidades», explicó el director general del OIEA.

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