Los líderes de ambas superpotencias mantuvieron el jueves una llamada telefónica, que el estadounidense calificó de «muy positiva», en la que se emplazaron a tener un encuentro para trabajar en un pacto comercial después de las tensiones entre ambos países por los aranceles.

«La reunión debería ir muy bien», añadió el neoyorquino.

Ese intercambio telefónico se produjo después de que la semana pasada el republicano acusara al gigante asiático, sin dar detalles, de vulnerar el acuerdo bilateral de pausas arancelarias alcanzado en mayo tras un encuentro en Ginebra que había servido para aliviar las tensiones entre ambas naciones.

Pekín replicó después argumentando que fue Washington quien violó el acuerdo al imponer nuevas restricciones sobre chips o la cancelación de visados a estudiantes chinos anunciada en la última semana.

Ambas potencias habían pactado una tregua arancelaria de tres meses por la que EE.UU. se comprometía a rebajar sus gravámenes del 145 % al 30 %, y China del 125 % al 10 % en un intento por abrir la puerta a un acuerdo más amplio.

China es el principal productor y exportador de tierras raras del mundo, controlando el 70 % del mercado mundial, y ha activado importantes restricciones de exportación que han afectado especialmente a EE.UU., a Europa y a países asiáticos.

Durante la llamada del jueves, Xi invitó también a Trump y a la primera dama (Melania Trump) a visitar China y este extendió la invitación.

Como presidente, Trump ha visitado China solo una vez, en noviembre de 2017, al inicio de su primer mandato (2017-2021), antes de que la rivalidad entre las dos mayores potencias mundiales se agudizara hasta las cotas actuales, mientras que Xi visitó a Trump en Mar-a-lago (Florida) en abril de aquel mismo año. /EFE

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