En marzo del año pasado, después de que el papa animara a Ucrania a “tener el coraje de levantar la bandera blanca”, Zelenski criticó lo que consideraba una actitud equidistante por parte de Francisco, reprochándole que se situara a medio camino “entre quienes quieren vivir y quienes quieren destruir” a los primeros.
El papa recibió a Zelenski el pasado mes de octubre en el Vaticano, en una audiencia en la que el presidente ucraniano le regaló a Francisco un cuadro dedicado a los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas durante la ocupación de Bucha, una ciudad satélite de Kiev que fue invadida al comienzo de esta guerra.
Pese a estos desencuentros, Zelenski reconoció en numerosas ocasiones el papel del papa Francisco por acercar la paz y lograr el retorno de los niños ucranianos deportados a Rusia.
Según estudios sociológicos recientes, uno de cada diez personas se declara de religión católica en Ucrania, donde, además de la Iglesia católica romana tiene numerosos seguidores la Iglesia greco-católica, que fue perseguida con especial saña por el régimen comunista de la URSS.
EFE