Mientras Estados Unidos se prepara para lanzar ataques terrestres dentro de Venezuela, una esperada llamada telefónica entre la Casa Blanca y Caracas —concebida para posiblemente desactivar la crisis— llevó un mensaje contundente para Nicolás Maduro: usted puede salvarse a sí mismo y a sus seres más cercanos, pero debe abandonar el país ahora, dijeron al Miami Herald fuentes familiarizadas con la situación.

Por Antonio María Delgado | El Nuevo Herald

Según las fuentes, el mensaje estadounidense a Maduro fue directo: solo se garantizaría un salvoconducto para él, su esposa Cilia Flores y su hijo si aceptaba renunciar de inmediato.

La conversación se desarrolló en medio de crecientes señales de que la administración de Donald Trump se prepara para una fase más agresiva de operaciones dirigidas contra el Cartel de los Soles, que según Washington está encabezado por Maduro y otros altos funcionarios.

El jueves, el presidente Trump anunció que las acciones militares estadounidenses —hasta ahora enfocadas en hundir lanchas rápidas sospechosas de transportar drogas en el Caribe— pronto se expandirían al territorio venezolano. Durante una llamada de Acción de Gracias con miembros de las fuerzas armadas, dijo que los militares estadounidenses “muy pronto” iniciarían operaciones terrestres para desarticular lo que describió como redes venezolanas de narcotráfico.

Una de las fuentes dijo que la llamada entre Washington y Caracas, vista como un último intento para evitar una confrontación directa, se estancó por tres motivos.

“Primero, Maduro pidió una amnistía global por cualquier crimen cometido por él y su grupo, y eso fue rechazado”, dijo la fuente, que habló bajo condición de anonimato. “Segundo, pidieron mantener el control de las fuerzas armadas —algo similar a lo que ocurrió en Nicaragua en el año 1991 con Violeta Chamorro. A cambio, permitirían elecciones libres.”

Ese arreglo, añadió la fuente, se asemejaba al “modelo cubano” que dejó a los hermanos Ortega con el poder real tras bastidores y que eventualmente facilitó su regreso al gobierno. La administración rechazó también esa propuesta.

El tercer punto de fricción fue el calendario: Washington insistió en que Maduro debía renunciar de inmediato, y Caracas se negó.

La llamada —inicialmente intermediada por Brasil, Catar y Turquía— no se ha repetido. Tras el anuncio de Trump el sábado de que el espacio aéreo venezolano debía considerarse “cerrado en su totalidad”, el régimen de Maduro intentó comunicarse nuevamente con Washington, pero no obtuvo respuesta.

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