COMUNICADO PÚBLICO

El Tribunal Supremo de Justicia, constituido en el exilio, agradece a la Fundación Universidad Hispana del Perú, por el reconocimiento «Honoris causa» que recibimos y, que se constituye, a su vez, en un asentimiento a la noble labor que realiza la Fundación por los niños andinos abandonados, los huérfanos y los desplazados y migrantes. Con el premio de poesía que regentan, que hace honor al poeta Cesar Vallejo: “Premio poesía migrante Cesar Vallejo”, extienden su labor social, a sectores de migrantes y desplazados que han recibido el apoyo incondicional de un centenar de familias que contribuyen con la fundación, como una manera de autogestionar la asistencia social, por ausencia de la mano, lenta, ineficiente y a veces corrupta de los Estados. Este acto simbólico, nos eleva, no por un malentendido significado egocéntrico, sino porque al recibirlo como máxima institución de un Estado en proceso de desmontaje, afianzamos la labor de hombres y mujeres, intelectuales, trabajadores humildes, profesores, médicos, enfermeros, que, realizan un esfuerzo impecable para la asistencia de migrantes y desplazados en emergencia.

Al recibir este premio como máxima autoridad del Sistema Judicial de una Venezuela secuestrada y abandonada, elevamos la sencillez del venezolano y su carácter humilde y diáfano, alejado de toda soberbia egocéntrica que no es característica de nuestro pueblo, toda vez que, al aceptarlo con humildad y mesura, elevamos las manos de una novel y noble fundación que ha nacido con el objetivo de servir a los más excelsos propósitos de solidaridad internacional y autogestión de las crisis humanitarias. En efecto, no son pocos los ejemplos de asistencia que han brindado a los sectores desplazados que, como este Tribunal, han sido abandonados a su suerte por los sectores políticos y sociales que, sólo buscan la protección y satisfacción de sus intereses particulares.

En esta hora menguada de la Patria, no podemos dejar de observar y alentar la función que realizan instituciones como la Fundación Universidad Hispana en beneficio de los niños abandonados y de grupos de migrantes que, en la búsqueda por un mejor destino, atraviesan el Perú descalzos y sin alimentos. De tal manera que este reconocimiento no se constituye en un acto para glorificar ni enarbolar la vida de cada uno de los miembros de este honorable Tribunal Supremo de Justicia, sino para dignificar la solidaridad internacional, el apoyo al desamparado y el respaldo a todos los esfuerzos que realizan instituciones como la Fundación Universidad Hispana, para enaltecer la vida humana cuando el peligro asecha y la soledad lástima.

 

 

 

 

 

 

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