El volumen (que se puede conseguir gratuitamente en la tienda de libros electrónicos Bajalibros) documenta con minuciosidad una de las gestas cívicas más sorprendentes de la región: la organización paralela de fiscalización ciudadana para documentar el fraude electoral de julio de 2024 en Venezuela. Machado, inhabilitada para postularse a la presidencia a pesar de haber ganado la interna opositora con más del 90% de los votos, logró articular una red de defensa del voto que expuso el colosal aparato del chavismo.

“Los venezolanos sabemos cómo organizarnos para defendernos”, dijo Machado en una de las instrucciones a su equipo. “Ubiquen el centro de votación más cercano a su comandito. Ubiquen a otros comanditos que estén en la misma zona y prepárense para las tareas que realizarán el 28 de julio”.

A través de una estructura horizontal compuesta por comadres, coaches, capitanas y testigos, Machado coordinó la recolección de actas originales con los resultados reales de las mesas de votación. El objetivo era evitar la manipulación del Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo. “Se verifican, son inspeccionadas, se totalizan, se escanean, se digitalizan y se colocan en una web robusta”, explicó Machado en rueda de prensa. Así, según los autores, lograron recolectar más del 80% de las actas firmadas y con código QR.

El contexto es crucial. Desde el Palacio de Miraflores, el oficialismo había organizado una “mise en scène” electoral: control del CNE, del Tribunal Supremo, de las Fuerzas Armadas, de los medios, y la inhabilitación de las principales figuras opositoras. Sin embargo, como advierte el libro, el chavismo incurrió en el mismo error de dictadores como Pinochet o Jaruzelski: subestimar el poder de una sociedad civil movilizada.

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