Imaz recordó que, en marzo pasado, Repsol recibió una comunicación explicando que la licencia específica que les permitía trabajar en el negocio del petróleo del país sudamericano sería revocada el 27 de mayo.

Es una notificación muy similar a la que recibieron las empresas estadounidenses.

El directivo recordó también que su principal actividad en Venezuela no es el petróleo, sino el gas, que supone alrededor del 85 % de su producción en este mercado.

Aquel mes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, comunicó a los socios de la petrolera estatal venezolana PDVSA -entre ellos la española Repsol- que sus permisos para exportar crudo y derivados de Venezuela quedaban cancelados.

La mayoría de estas petroleras ya habían suspendido las importaciones de petróleo de ese país después de que Trump ordenara un arancel del 25 % para los compradores de crudo y gas venezolano. EFE

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