Carmen hizo dos horas de cola frente al supermercado Luz en Chacao el 31 de diciembre para pagar con un medio petro y no lo logró. Quiso intentarlo nuevamente este jueves en un comercio cerca de su casa. Aunque el ritmo en que avanzaban los compradores era lento, estaba dispuesta a esperar lo que fuese necesario esta vez.

“No tengo más opción. Tengo que gastarlo porque ahorita no se puede ahorrar nada”, dijo la señora de 62 años, que esperaba ser atendida en un local de venta de alimentos y productos de higiene personal en La Candelaria.

“Perdí 139.000 bolívares y, ¿eso a dónde va?, pues al Banco de Venezuela que es el mismo gobierno. Es así cómo nos van quitando, así que aquí estoy, para gastarlo”, exclamó.

Al ser consultados sobre la implementación del petro para el pago de bonificaciones de fin de año a los pensionados, una mujer de 58 años de edad, que prefirió no ser identificada indicó que “todo se trata de una prueba, un ensayo”.

“Están usándonos como conejillos de indias a los cabecitas de algodón. Están probando a ver cómo resulta este tema del petro y ya veremos como a mitad de año todo el mundo lo estará usando”, agregó.

En un pequeño bodegón ubicado en la avenida Francisco de Miranda, otro grupo de personas de la tercera edad esperaba ser atendido para usar sus petros. El sistema estaba lento y la cola crecía. Laura Nieves, de 39 años, que acompañaba a su mamá acusó a los comerciantes de retrasarlo todo.

“Son ellos los que lo ponen lento. Ese sistema debería ser rápido porque tampoco son todos los locales los que lo tienen y es llegar, poner la huella, dar el número de cédula y ya. Ni siquiera pasas ninguna tarjeta”, apuntó Nieves.

El encargado de una tienda en Bellas Artes sostuvo que desde que inició el pago con petros a través del Biopago del Banco de Venezuela se habían encontrado con obstáculos como la caída del sistema a diariamente o la lentitud en el procedimiento.

José Luis, de 68 años, lamentó la improvisación con la que el gobierno había activado el uso del petro mientras esperaba ser atendido en una farmacia cerca de la avenida Urdaneta. Explicó que guardarlo tampoco le parecía lo correcto.

“¿Qué vamos a hacer? Con esta hambre que hay, tenemos que gastarlo como sea. Cuando salga Maduro, el nuevo gobierno quitará eso porque no es legal. Mientras hay que usarlo, porque es nuestra cuota de petróleo”, señaló.

Raylí Luján/ La Patilla

Loading...