Mario Valdez Por Mario Valdez

El 24 de agosto de 1919, en el barrio Santa Isabel de Las Lajas, hoy provincia de Cienfuegos, en el centro de Cuba, en el seno de una familia humilde, campesina de origen afrocubana nació Bartolomé Maximiliano More (Benny Moré), hijo natural de Virginia Secundina Moré y Silvestre Gutiérrez. Fue el mayor de 18 hermanos. Su padre Silvestre no reconoció a ninguno de los hijos, todos llevan el apellido Moré de la madre.

El 24 de agosto Benny Moré cumplió cien años de haber nacido, murió a los 43 años, y en su corta pero agitada vida fue un bohemio, cantante y compositor, para muchos un desordenado, un impuntual, dicen sus allegados “que llegaba tarde a los salones de baile, pasado de copas, y era cuando mejor cantaba: alzaba el bastón, se ladeaba el sombrero y la Tribu respondía con absoluta pericia musical”. Tuvo varios alias: “El Conde Negro” de la música popular cubana, fue apodado “El Bárbaro del ritmo”, “El Príncipe del Mambo” y “El Sonero Mayor”, estuvo relacionado con los grandes artistas de la época: Tito Puentes, Alfredo Sadel, Miguel Aceves Mejías, Pacho Alonso, Fernando Álvarez, Mariano Mercerón, otros, y las orquestas “Trío Matamoros”, “La Banda Gigante”, otras.

La periodista Lil Rodríguez dice que Benny Moré “se dio el lujo de formar esa otra leyenda de la música: su Banda Gigante. Asistió al nacimiento del Cha cha chá, se encontró con el Filin, le dio el impulso inicial a la orquesta Aragón, alternó con Bebo Valdez, grabó a dúo con Pedro Vargas y con Alfredo Sadel”.

A pesar que no tuvo escuela fue un maestro en todos los géneros musicales de Cuba. Se destacó en el Son Montuno, Guaracha, Mambo y Bolero. Sus instrumentos fueron la Guitarra y su Voz inigualable e inconfundible. Benny era un improvisador que manejaba el tiempo sobre el montuno-mambo que ha sido determinante en el talante de muchos soneros de hoy tales como, Oscar D’León, Rubén Blades, Gilberto Santa Rosa, Mayito Rivera y Isaac Delgado.

En mi humilde opinión con la canción que más me identificó es el Bolero:Cómo fué // No sé decirte cómo fue // No sé decirte qué pasó // Pero de ti me enamoré // Fueron tus ojos o tu boca // Fueron tus manos o tu voz // Fue a lo mejor la impaciencia // De tanto esperar…. El autor de la letra de esta canción “Cómo fue”, es el compositor cubano Ernesto Duarte. Este Bolero ha sido interpretado por destacados cantantes: Elena Buarke, Marta Valdés con Chano Domínguez al piano y la marcada influencia de Bola de Nieve; pero la más famosa, la que lo inmortalizó, es la que interpretó Benny Moré. Ahí se siente “la aplicación del formato jazz banda los boleros cubanos con la sonoridad de las grandes bandas de swing norteamericanas de los años treinta”. Benny Moré inmortalizó muchas canciones “Que bueno baila Usted”, “Pachito eche”, “Que Bonito y sabroso”.

Virginia Moré, “Éramos muy pobres, él nos ayudó”

Según testimonio de Virginia Moré, madre de Bartolomé, dice: “éramos muy pobres, él nos ayudó, Bartolomé se fabricó su primer instrumento musical a la edad de seis años, con una tabla y clavos, las cuerdas eran hilos de coser, hacía bongoes con lata de leche, en su infancia aprendió a tocar la guitarra”. La situación económica de la familia era precaria, una mujer con tantos hijos no podía sostenerlos, a los seis años el mayor abandonó la escuela y se fue a la zafra cañera, conoció a Israel Castellano, con el aprendió a tocar el Tres y la Guitarra.

En 1936 se viene a La Habana, pasó mucho trabajo y hambre, mal dormía, le dio paludismo. Regreso a Las Lajas y junto a su hermano Teodoro vuelve al viejo oficio de la zafra de cañas.

Deja la zafra por una guitarra

En 1940 tiene 21 años de edad, se da cuenta que en la vida de trabajo que lleva no tiene futuro, entendió que no pasaría de ser un cortador de caña. Sabía que su vida era la música. En un camión de verduras regresa a la capital, caminando por La Habana ve una vieja guitarra en una casa de venta de corotos usados, con lo poco que le queda del dinero que traía de Las Lajas la compra, la afina y con ella ensaya las canciones que desde niño tarareaba, recorre los bares y café de la vieja Habana cantando y pasando el sombrero. Sintió receptividad y aplausos en el público, conoció las luces el colorido y las mesas con manteles de los bares y cafés donde trabajó. Ese día supo cual sería el norte de su futuro, volvería al campo a llevar dinero y visitar la familia.

Del Botiquín “El Templete” al Hollywood Palladium de Los Ángeles

Bartolomé se instaló en el Bar “El Templete”, desde allí mataba otros tigritos y regresaba al botiquín, una noche se encuentra entre los presentes el cantante Siro Rodríguez, integrante del “Trío Matamoros”, lo escucha cantar y queda prendado con su timbre de voz, el acoplamiento y la afinación. Esa noche entre cantos y copas nace una amistad entre el ya conocido músico y el soñador Lajero, que después se llamó Benny moré.

Su nuevo amigo lo lleva ante Miguel Matamoros, éste un día se enfermó y debía cumplir el contrato que tenía con en la emisora de radio, necesitaba un vocalista y llama a Bartolomé para que le hiciera una esquina, fue su primer cantó en la radio con el “Trío Matamoros”. La agrupación lo contrató fijo y con ellos grabó sus primeros discos. Fueron muchas las presentaciones, ya la vida le sonreía, otro era el cuento.

En los años 1956 y 57 estuvo en estados Unidos, cantó con la orquesta de Tito Puente en el Hollywood Palladium de Los Ángeles. Muchos países se deleitaron con su música, su estilo y su pasillo rumbero incitando la algarabía de los bailadores en Colombia, Haití, Jamaica, Estados Unidos, Panamá, Venezuela y México. En Cuba lo encontrabas en el Mambí del hotel Tropicana.

Pablo Milanés y Barbarito Diez

Benny nació en la indigencia y cuando murió su riqueza fue el afecto y el cariño desbordado de su pueblo que lo llevó hasta su última morada cantándole sus canciones acompañado de orquestas y trovadores.

Pablo Milanés, cantante y compositor, dice: “El Benny tenía una tremenda humanidad, una tremenda personalidad encima del escenario, un magnetismo que era una proyección distinta.

Barbarito Diez, cantante, al referirse a su amigo comenta: “El Benny fue un prodigio entre nosotros, con su oído musical. Él se aprendía los números, los arreglos, todo lo tenía en su cabeza. Esos gestos que el Benny hacía, se los dictaba su ritmo interior y unido todo a una gran voz, una gran extensión. Jugaba con su inspiración en los montunos, era un prodigio. Además, dominaba su guitarra, nació para ser lo que fue, un verdadero artista.

En México, matrimonio de Lajero con Queretera

A mediados de junio de 1945 Benny viaja con el Conjunto Matamoros a México, debutan en los dos más famosos Cabarets del Distrito Federal, el “Montparnasse” y el “Río Rosa”. Se lleva los aplausos y hace varias grabaciones.

El músico de Las Lajas conoce a una joven Juana Margarita Bocanegra Durán, oriunda de Queretaro, México. Matamoros y su combo regresan a Cuba, el Lajero le pidió permiso a Miguel Matamoros para quedarse debido al éxito obtenido y que quería casarse con la enfermera de la Clínica del cantante y doctor mexicano Alfonso Ortiz Tirado. Matamoros dijo: “Por supuesto que le di mi consentimiento, lo dejamos allá….llegando a cantar con la Orquesta de Dámaso Pérez Prado”. El 25 de agosto de 1946, contraen matrimonio la joven de Queretaro y el Lajero, primero ante el Registro Civil y en la tarde en la Iglesia de San José. El padrino del casorio de Benny y Juana, fue el cantante Miguel Aceves Mejías.

“El Bárbaro del Ritmo” y “El Príncipe del Mambo”

En México se junta con otro cubano Dámaso Pérez Prado “El Príncipe del Mambo”, movido, inquieto y bueno para los negocios, de eso Benny Moré no sabía nada. Fueron muchas las melodías con las que junto triunfaron. Moré “El Bárbaro del Ritmo” grabó Babarabatiri, Guanabacoa, El Suave, María Cristina, Pachito Eche, Locas por el mambo, entre otras. En el cine mexicano, Benny Moré participó en varias películas “Carita de cielo”, “Ventarrón”, “Quinto patio” y “El derecho de nacer”. Con el tiempo terminaron peleados.

Benny, su Banda Gigante y los barbudos

“El hijo de Santa Isabel de Las Lajas” regresa a su tierra en abril de 1952, era una estrella en México, Venezuela, Colombia, Puerto Rico, Brasil y Panamá. La primera grabación y su primer éxito en su terruño fue “Bonito y sabroso”. Ese mismo año grabó con la Orquesta Aragón de Cienfuegos y los ayuda a penetrar el mundo musical habanero. En 1953, funda La Banda Gigante, fue su director y estaba conformada por 40 músicos, solo comparable con la Big band de Xavier Cugat. En los años subsiguientes la Banda se fue a la cima de la popularidad. Hizo giras por varios países del continente y a Estados unidos, valoraba y estimulaba sus músicos se los llevaba a todos en las giras, otros no eran así. En Cuba estuvieron presentes en las mejores salas de baile, “La Sierra” y” La Tropical”.

En 1959 bajan los barbudos de la Sierra Maestra con Fidel Castro a la cabeza, comienza la revolución cubana, muchos se van, Benny Moré decidió quedarse en la Isla. Cantaba en el cabaret “Night and Day”, ya no quiso salir más, rechazó giras por Europa, había tenido tres accidentes aéreos y agarró miedo a volar. Hay una anécdota de un empresario que le ofreció los millones que él quisiera para irse de Cuba, Moré le contestó: sí, pero me voy con mi familia; de acuerdo tráelos, ¿cuántos son? Cinco millones de cubanos, le dijo Benny y largó la risa. La decisión estaba tomada se quedó en La Habana.

“Mi hermano me cogió la rueda”

El domingo 17 de febrero de 1963, en Palmira, Cienfuegos, cerca del pueblo que lo vio nacer, fue su última presentación y estuvo llena de leyendas. El sábado en la mañana, antes de la presentación, tuvo una ruptura de una variz esofágica, vomitó sangre, consecuencia de una cirrosis hepática que padecía desde antes de irse a México. Se fue hasta Santa Isabel de las Lajas a visitar a su madre y sus familiares, estaba débil, se acostó y volvió a vomitar sangre. Regresa a Palmira y se monta en el escenario, esa noche cantó como nunca, en el intermedio volvió a vomitar, se rehusó a recibir atención médica. Lo llevaron al hospital y pidió que lo llevaran a La Habana.

Benny no quería ingresar en ningún hospital de Palmira, se fue a La Habana, el lunes 18 amanece mal y le dice su médico: “Mi hermano me cogió la rueda”. En una ambulancia lo llevaron al hospital de emergencias, llegó en estado de coma con complicaciones renales y pulmonares. Se estaba celebrando el Primer Congreso Internacional de Médicos en La Habana, se corrió la voz de la gravedad del Benny, el doctor Machado Ventura con otros médicos nacionales e internacionales hicieron una junta médica, ya no había nada que hacer.

El martes 19 de febrero de 1963 a las 9 y 15 minutos de la noche, a la edad de 43 años, se paró el corazón del “Bárbaro del Ritmo”, del “Sonero Mayor”, acababa de fallecer de Bartolomé Maximiliano Moré. La noticia se regó como pólvora, su pueblo lloró su muerte. Pepe Olmo, cantante de la Orquesta Aragón, dijo “Que había terminado una era musical: Después vino otra, pero esta finalizó con Benny More”.

Una de las últimas canciones que el Lajero cantó fue “Dolor y Perdón” en el escenario de Palmira, 72 horas antes de morir, dice su viuda que “fue arrepentido por un desliz amoroso en una noche de bohemia. Aunque él tuviera mujeres yo fui su única esposa por las dos leyes”.

Los restos del Lajero “fueron trasladados a Santa Isabel de las Lajas, su rincón querido para ser sembrado allí. Su campo cobijó su cuerpo. El aire se encargó de expandir su inmortalidad. El tiempo se ha ocupado de mantenerlo vigente”.

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