No hay dudas de ningún tipo: la concentración de la oposición carabobeña este 23 de enero fue un acto de civismo y democracia. Hasta el gobernador Rafael Lacava lo reconoció. Pero no pudo evitar insistir en que existe una agenda oculta que intenta desestabilizar la paz de la entidad.
“Hay una agenda insurreccional que busca la desestabilización, y el Estado debe ser firme ante quienes las intenten, no puede vacilar en la defensa de la paz respetando los derechos de todos. Y como estoy picao de culebra cuando veo bejuquitos empiezo a dar vuelta canela porque hay un historial de estos personajes que generó mucha tristeza en el pasado y pido a Dios que no nos hagan pasar de nuevo por esos episodios de agendas ocultas, estamos para construir no para destruir”.
Con un tono de voz que en nada se parecía a sus conversaciones desenfadadas en redes sociales, el mandatario aseguró que está haciendo malabares para gobernar con el reducido presupuesto que maneja. “Pido apoyo a la gente y a la comunidad internacional sensatez, yo con los gringos o con quien sea por mi país y beneficio de mi pueblo hablo y voy a donde sea, a la hora que sea, en el momento que sea, nunca me cerraré al diálogo e intentar buscar nuevas formas de entendimiento.
Mi gobierno rompió relaciones con Estados Unidos, y yo acato eso porque mi presidente legítimamente electo me dio las razones y me explicó por qué, y tiene mi apoyo porque tiene la razón”.
Lacava aseguró que hace unos meses se reunió con el presidente norteamericano Donald Trump, quien le pareció una persona con ánimos de mejorar las relaciones con Venezuela. “Hablé 15 minutos con él en perfecto inglés, con acento de Brooklyn, porque viví en Manhattan en los años 80 donde él hizo su fortuna y conozco muy bien su historia y se la relaté y él estaba sorprendido.
Noté en el presidente Trump una gran disposición, lamentándolo mucho, cuando se empiezan a verificar posibilidades en el contexto bilateral, diplomático, económico, financiero, energético, de poder mejorar, llegan unos francotiradores de oficio que se benefician de este conflicto y que tienen fuerza política en este momento importante en la Casa Blanca para impedir cualquier mejoría para el pueblo venezolano”.
Calificó de bizarro el acto de juramentación como presidente encargado de Juan Guaidó. “A mi me gusta bailar reguetón y pongo vainas de drácula en Instagram pero yo en temas de Estado soy muy serio. Todos tenemos tiempo para hablar de reguetón, dar consejos a seguidores pero sobre todo para salir a hablarle a la gente cuando la seguridad del país se pone en jaque y eso es lo que estamos haciendo en este momento”.