Una asamblea de líderes de diferentes comunidades de Caracas y representaciones de varias localidades del interior de Venezuela convergieron este sábado para poner de manifiesto que solo desde el trabajo comunitario se construye la nueva realidad democrática, solidaria y productiva.

Nota de Prensa

Desde Antímano, Macarao, La Vega, La Pastora, 23 de Enero, El Valle, Pinto Salinas, Caricuao, Coa 905, Petare, así como desde Carora, Cagua, Maracay y Barcelona llegaron las delegaciones reunidas para escuchar de primera mano los testimonios sobre cómo en las zonas más vulnerables del país se están organizando las comunidades para paliar la terrible crisis humanitaria, pero también para consolidar los liderazgos que exige la crisis institucional y la inaplazable necesidad de construir verdaderos caminos democráticos.

La convocatoria fue realizada por el movimiento Caracas Mi Convive, la iniciativa Alimenta La Solidaridad y el emprendimiento social Sustento, creados e impulsados por Roberto Patiño, en un gran evento denominado Encuentro Red Solidaria 2018.

La magnitud del evento superó las expectativas y según los registros la participación alcanzó las 2000 personas, quienes conocieron las experiencias de líderes comunitarios de Mamera, San Miguel, Propatria y Artigas, entre otros, sobre cómo han organizado al conjunto vecinal para efectuar actividades de recuperación de espacios antes tomados por el hampa y la violencia, pero también para mantener activada a la población en torno a actividades de conciliación, vinculación, compromiso y entusiasmo.

Gabriela Vega, líder de la comunidad de La Vega, destacó que para ella no importan las parcialidades políticas sino la decisión seria de trabajar por su comunidad, incluso destacó cómo se han activado los jóvenes de su parroquia quienes son los primeros en darle colaboración “sin ofrecerles ni un bono ni nada, solo de corazón y compromiso”.

Jorge Santiago, líder de la parroquia San Juan, contó cómo fue su transformación personal por medio del trabajo comunitario, dejar atrás “una vida delictiva” para aprender a movilizar a la gente en su sector y solucionar sin violencia los desacuerdos por el uso del espacio público.

También se refirieron al impacto de los comedores populares abiertos gracias a la voluntad de las madres y padres voluntarios representantes en cada sector, lo que ha permitido alimentar a más de 1600 niños y niñas en el municipio Libertador con un almuerzo diario, y en total a cerca de 5000 en el país.

El embajador de Francia, Romain Nadal, se dirigió a la concurrencia de nuevos liderazgos y pudo destacar no solo los logros obtenidos por los líderes comunitarios sino los valores de fraternidad que implican, en clara asociación con los valores de la república francesa.

El padre Alfredo Infante, representante de la Iglesia Católica, dedicó su intervención a destacar cómo la solidaridad está recuperando la belleza de las parroquias en un amplio sentido y como gran acto de resistencia. Organizarse para eliminar las basuras, por ejemplo, y mostrar unas calles dignas es parte de la labor sobre “cómo estamos construyendo el bien”.

Diana Vegas de Cesap hizo énfasis en que ese esfuerzo descrito en los testimonios presentados, esos logros, esa perseverancia son “burbujas de libertad” indispensables porque “nadie va a venir a resolver nuestros problemas si no lo hacemos nosotros mismos”.

También respaldaron con su presencia y testimonio inspirador Marino Alvarado de Provea, la líder estudiantil Rafaela Requesens, Andrés Schoeleter, concejal de Sucre y la emprendedora social Claudia Valladares.

La presidenta del Colegio Nacional de Enfermeras, Ana Rosario Contreras, entusiasmó aún más al público de 2000 personas con sus palabras, que fueron reiteradas por Roberto Patiño durante el cierre: “Las luchas por la democracia hay que parirlas”.

VÍA LA PATILLA.

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