Hace aproximadamente cinco años era imposible conducir por las autopistas Valle-Coche, Francisco Fajardo y Prados del Este a eso de las siete de la mañana sin toparse con el tráfico capitalino.
Aquellas personas que necesitaban acudir a su lugar de trabajo o llevar a sus hijos al colegio tenían que madrugar obligatoriamente y levantarse por lo menos una hora y media antes de salir de sus viviendas.
Pero en este 2018 todo cambio. Las denominadas “horas pico” en la mañana casi que desaparecieron porque ya no se producen con intensidad los embotellamientos vehiculares que podrían durar hasta más de una hora, sobre todo en el trayecto que va desde Caricuao hasta el este de Caracas.
Lo mismo ocurre con las avenida de la capital venezolana. Buena parte de ellas, como es el caso de la Francisco Miranda se encuentran con escasa presencia del parque automotor como si fuera un día domingo y por ende la marcha es rápida.













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