La victoria del Partido Socialista Unido de Venezuela en las recientes elecciones municipales no generó mayor sorpresa en la población. El control social bajo el instrumento del carnet de la patria y el Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) ha sido un as bajo la manga del gobierno nacional, tomando en cuenta el desabastecimiento y la hiperinflación.
Eugenio Martínez, periodista y experto en coberturas electorales, recordó que en 2013, con una participación de 58,92% de los votantes registrados, el chavismo ganó en 241 municipios y los candidatos disidentes triunfaron en 18 localidades.
La novedad de estas elecciones celebradas el 10 de diciembre es la participación dada a conocer por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Según datos de las autoridades electorales, este domingo hubo una participación de 9.281.257 votantes, lo equivalente a 47,33% del total de ciudadanos habilitados para sufragar, reseñó el periodista para el Diario las Américas.
La cifra representa una de las más bajas de los últimos diez años en Venezuela. Sin embargo, a pesar de la poca asistencia de electores, el chavismo se impuso en 308 de 335 municipios del país (92% de los gobiernos locales).
De acuerdo a lo que expone Martínez, en las últimas elecciones las personas dicen depender directamente de los CLAP para sobrevivir en medio del caos económico y por eso acudieron a votar por el PSUV. Esto suma aproximadamente 2,6 millones de votos.
Un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) arrojó que durante la primera quincena del mes de noviembre 14,4% de los ciudadanos (4,4 millones de venezolanos) reconocen que los precios de las bolsas y cajas de alimentos a precios menores que los del mercado tradicional son la vía principal para llevar comida a sus hogares.
Muchos ciudadanos aprovechan los beneficios que otorgan el CLAP y el carnet de la patria aún cuando no comparten la misma ideología.