El Ejecutivo creó una estructura de 4 fondos en dólares que recibieron 187 millardos de dólares y 14 fondos en bolívares que han administrado el equivalente a 114,8 millardos de dólares
Caracas. En 2004, cuando empezó el boom de ingresos petroleros, la administración de Hugo Chávez Frías decidió canalizar parte de esos recursos hacia fondos paralelos con el fin de manejarlos fuera del presupuesto nacional. La estructura diseñada por el fallecido mandatario —y que ha mantenido el presidente Nicolás Maduro— ha abarcado 18 mecanismos: cuatro en dólares para “financiar” proyectos y 14 en bolívares para atender el gasto adicional.
De acuerdo con cifras de las Memorias de los ministerios de Finanzas y Petróleo, los informes de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) y datos de los entes oficiales y voceros gubernamentales, el Ejecutivo manejó por medio de los fondos paralelos, y con opacidad, 302 millardos de dólares entre 2004 y 2016.
Para el economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, esa estructura le ha dado el Gobierno margen de maniobra sin control. “Fue una estrategia política que daba una gran ventaja: gastar con rapidez. Se dispuso de un dinero para la agenda política”.
A Oliveros lo complementa el profesor del IESA, José Manuel Puente, quien apunta que esa institucionalidad “generó clientelismo y ahora, por ejemplo, las reservas internacionales son bajas [10,1 millardos de dólares] y no le permiten al Gobierno defenderse ante la crisis”.
Cómo se creó
El gasto paralelo fue posible no solo por la mayor disponibilidad de recursos, sino también por las reformas legales —Ley del BCV y Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público— que flexibilizaron el uso del dinero extraordinario.
Esos esquemas se han alimentado de ingresos petroleros, reservas internacionales, aportes tributarios, préstamos con China, ganancias de empresas estatales, endeudamiento y otras operaciones del despacho de las finanzas.
En 2012 el para entonces ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, llegó a señalar que “esa nueva institucionalidad financiera [presupuesto paralelo] se convirtió en un innovador esquema de financiamiento para acometer las inversiones según las prioridades del Gobierno. Ese esquema es distinto al prevaleciente con anterioridad, cuando los recursos de Pdvsa eran destinados al BCV, constituyéndose por esta vía solamente en reservas. Esos recursos congelados fueron redireccionados al bienestar de los venezolanos“.
Las cabezas del Ejecutivo decidieron que los mecanismos en dólares atenderían proyectos en áreas como industria, infraestructura, petróleo, defensa, electricidad, vivienda, agricultura, salud y educación. Los fondos en bolívares —administrados por la Tesorería Nacional— cubrirían los créditos adicionales, y otros los programas de construcción de vivienda.
La estructura en dólares
En 2004 Hugo Chávez le pidió al BCV la entrega de un “millardito” de dólares de las reservas internacionales con el fin de apoyar al sector agrícola. En aquel momento, la directiva del ente emisor se negó al traspaso de los recursos y autorizó la canalización de los fondos a través de las operaciones previstas en la ley de ese momento. Ello no fue suficiente y Pdvsa creó el Fondespa con una porción de los ingresos petroleros para atender los otros proyectos oficiales del mandatario. Dicho esquema manejó 4,2 millardos de dólares.
Pero las presiones sobre el Central no cesaron y al final (2005) se reformó la Ley del BCV para crear el Fonden. Con el fin de alimentar ese fondo se decidió que Pdvsa vendiera parte de sus divisas al BCV y que el remanente lo colocara en el mecanismo. Al ente emisor se le estableció la obligación de realizar aportes al esquema, y por ello, se incorporó la estimación del nivel adecuado de reservas de manera que todo lo que estuviera por encima de ese tope (excedentes) fuera al Fonden.
“A las reservas internacionales les pusimos un techo y todo lo que está por encima le decimos venga para acá compadre”, era la frase de Chávez cuando le exigía al BCV las reservas. En un principio, se contemplaron transferencias anuales hasta que Giordani sugirió cada seis meses, señalan fuentes oficiales.