La investigación se llevó a cabo con la cooperación y coordinación internacional con la Policía Nacional de Colombia, lo que permitió seguir la pista de varias de las mujeres prostituidas desde Sudamérica hasta llegar donde eran explotadas en España.
El lugar, con apariencia de hotel con sala de fiesta, se había convertido en lo más parecido a una ´cárcel´, según la Policía, para estas mujeres, endeudadas con la trama y amenazadas.
La red tenía alcance internacional, con una rama española y otra colombiana, cuyos miembros se dedicaban de manera concertada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y delitos conexos.
Los agentes del caso constataron que las víctimas eran forzadas a ejercer la prostitución en jornadas interminables, sin importar que estuvieran enfermas o incluso con la menstruación.
Además, eran aleccionadas para ofrecer a los clientes sustancias estupefacientes y potenciadores sexuales, fomentando su consumo a cambio de una contraprestación.
Las autoridades española han bloqueado cuentas bancarias y bienes por valor de 2,3 millones de euros, han intervenido tres vehículos, 133.482 euros en efectivo y varias armas. EFE