Las autoridades dieron a conocer el miércoles los nombres de las dos últimas víctimas de entre los ocho inmigrantes mexicanos que murieron el mes pasado al zozobrar dos embarcaciones de contrabando de personas frente a Black’s Beach.

La Oficina del Médico Forense del condado de San Diego los identificó como Arturo Valerio Rueda, de 33 años, y Ángel Gómez López, de 29 años.

Ambos eran del estado mexicano de Puebla, al sureste de Ciudad de México, según el Consulado General de México en San Diego.

Las seis víctimas que fueron identificadas previamente eran Alma Rosa Figueroa Gorgonio, de 17 años; Yecenia Lazcano Soriano, de 22; Ana Jacqueline Figueroa Pérez, de 23; Guillermo Suárez González, de 23; Eloy Hernández Baltazar, de 48; y Paul Díaz López, de 50. Cuatro de ellos eran de Puebla, uno de la capital y el otro de Jalisco.

Sus muertes —todas por ahogamiento, según la Oficina del Médico Forense— se produjeron alrededor de las 11:30 p.m. del 11 de marzo. Fue entonces cuando una mujer de habla hispana llamó al 911 e informó de que ella y otras personas de su embarcación habían logrado llegar a la orilla, pero una segunda embarcación había volcado.

Los socorristas y otros equipos de emergencia tuvieron que hacer frente al frío, la niebla, la oscuridad y las mareas altas mientras acudían al fondo de los acantilados al sur del Torrey Pines Gliderport.

Allí encontraron dos pangas volcadas y cadáveres esparcidos por la arena y flotando en aguas poco profundas. No encontraron supervivientes, lo que llevó a los funcionarios a creer que algunas personas huyeron antes de que llegaran los equipos. La búsqueda de otras posibles víctimas resultó infructuosa.

El gobierno de México está cubriendo los costos del traslado de los cuerpos de las víctimas a sus lugares de origen, según una declaración de Carlos González Gutiérrez, cónsul general de México en San Diego. Dijo que el incidente de Black’s Beach debería crear “conciencia sobre los peligros que enfrentan nuestros connacionales al cruzar indocumentados la frontera”.

Afirmó González: “La pérdida de vidas humanas en estas condiciones es absolutamente inaceptable. Por ningún motivo deben normalizarse las muertes en la frontera”.

 

 

 

Fuente: Union Tribune

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