El paradero de Tareck El Aissami, el exministro de Petróleo del régimen de Nicolás Maduro que renunció apenas se conocieron las primeras detenciones a raíz de los casos de corrupción descubiertos en PDVSA, aún se desconoce, y el silencio por parte de las autoridades de Venezuela es lo que priva sobre este asunto.

El Aissami anunció su renuncia públicamente el 20 de marzo pasado, a través de su cuenta en Twitter y desde ese entonces nada se ha sabido del exfuncionario.

«En virtud de las investigaciones que se han iniciado sobre graves hechos de corrupción en PDVSA; he tomado la decisión de presentar mi renuncia como Ministro de Petróleo, con el propósito de apoyar, acompañar y respaldar totalmente este proceso», escribió el exministro, solo pocos días después que comenzaran a publicarse en los portales de Internet las noticias que reseñaban las detenciones de varias personas que fungían como jefes en organismos estatales y dirigentes chavistas, algunos de ellos muy cercanos aliados del extitular de la cartera de Petróleo de Venezuela.

El Aissami agregó en su tuit que: «en mi condición de militante revolucionario, me coloco a disposición de la dirección del PSUV para apoyar esta cruzada que ha emprendido el Presidente @NicolasMaduro contra los antivalores que estamos obligados a combatir, hasta con nuestras vidas».

El Aissami tiene varios casos penales abiertos en la justicia estadounidense, entre ellos, uno por facilitación al tráfico de drogas, otro por el Cartel de los Soles, otros por intentar evadir las sanciones del Departamento del Tesoro, y un cuarto por «conspiración narcoterrorista», detalla el artículo «Tango Alfa no saldrá», publicado en el blog Crímenes sin Castigo.

Y agrega que tal vez sea este último delito la razón por la que Nicolás Maduro se cuidará de que el ahora defenestrado dirigente chavista no ponga los pies fuera de Venezuela.

Esta acusación parte de una denuncia que fue formulada por el agente especial de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) Matthew Passmore. De acuerdo a Passmore -prosigue el artículo-El Aissami viajó a Irán y Siria, en 2019, junto al exjefe de Inteligencia del chavismo, Hugo «El Pollo» Carvajal. En dicho viaje, según el documento de la acusación, «El Aissami propuso que personal de Hezbollá viajara a Venezuela para trabajar con las FARC».

El Aissami se entrevistó con Ghazi Nasr al Din, quien según el Departamento del Tesoro de EEUU era representante para Venezuela de Hezbollá. Nasr al Din entregó a El Aissami tres rifles como recuerdo de esa visita a Damasco. El Aissami le regaló uno de los rifles a Carvajal.

Este relato lo proporcionó el propio Carvajal a un periodista del diario estadounidense The New York Times, a quien además le habría mostrado el pasaporte con los sellos de entrada a Irán y Siria, así como el rifle que recibió de regalo de El Aissami, cita el artículo Tango Alfa no saldrá.

«Si la denuncia del agente Passmore es verídica, no es difícil entender por qué el actual mandatario no permitirá que El Aissami salga de Venezuela. Quizá las cuestiones de drogas y lavado de dinero no le importen demasiado. Pero él sabe que, luego de los ataques a las Torres Gemelas, EEUU no perdona a quienes han respaldado a organizaciones calificadas de terroristas. En esto hay un acuerdo entre republicanos y demócratas», añadió.

En tanto, el documento de la acusación dice también que Carvajal se opuso a la entrada de militantes de Hezbollá a Venezuela, pero que Maduro «favorecía el antagonismo contra EEUU».

La caída del poderoso exministro de Petróleoes el reflejo de una lucha entre facciones, que ha roto la unidad de la que gozaba el dictador Nicolás Maduro desde que asumió el poder en 2013, según la opinión de analistas.

«Lo que está detrás de la lucha es usar el tema de la corrupción como una excusa para hacer una reconfiguración de poderes”, dijo Daniel Varnagy, doctor en Ciencia Política y profesor titular de la Universidad Simón Bolívar (USB), de Caracas.

El escándalo de corrupción implica la desaparición de entre 3.000 y 5.000 millones de dólares de las arcas de PDVSA.

El ahora exministro fue sancionado en 2017 por presunto narcotráfico y acusado dos años después por alegatos de violación de esas sanciones impuestas por Washington. Las sanciones de Estados Unidos buscaba obligarlo a ser separado del poder argumentando que fue reelegido en 2018 en comicios fraudulentos.

En 2019, EEUU ofreció una recompensa de hasta $10 millones a quien aporte información que permita la captura de El Aissami.

Fuente: crimenessincastigo.com

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