La enorme construcción podría duplicar el comercio entre China y la región para el próximo año.

Desde finales de 2023 Perú cuenta con un megapuerto construido por China, que tiene la capacidad de duplicar el comercio entre el gigante asiático y la región suramericana, que viene con un crecimiento sólido desde hace más de una década.

El puerto de aguas profundas valorado en 3.500 millones de dólares, que comenzará a operar a finales de este año, proporcionará a China una puerta de entrada directa a la región rica en recursos. En los últimos diez años, Beijing ha desbancado a Estados Unidos como el mayor socio comercial de América del Sur, adquiriendo productos como soja, maíz y cobre.

El puerto, propiedad mayoritaria de la empresa estatal china Cosco Shipping (1199.HK), abre una nueva pestaña, será el primero controlado por China en Sudamérica. Podrá albergar los buques de carga más grandes, que pueden dirigirse directamente a Asia, reduciendo el tiempo de viaje en dos semanas para algunos exportadores.

Vista aérea de los progresos de la megaconstrucción. Foto Redes Sociales

Beijing y Lima esperan que Chancay se convierta en un centro regional, tanto para las exportaciones de cobre de la nación andina como de soja del oeste de Brasil, que actualmente viaja a través del Canal de Panamá o bordea el Atlántico antes de dirigirse a China.

“El megapuerto de Chancay pretende convertir al Perú en un centro comercial y portuario estratégico entre América del Sur y Asia”, dijo a Reuters el ministro de Comercio de Perú, Juan Mathews Salazar.

Como parte de la campaña china de “la Franja y la Ruta”, el nuevo puerto encarna el desafío que enfrentan Estados Unidos y Europa mientras buscan contrarrestar la creciente influencia de Beijing en América Latina. La fuerza comercial de China le ha ayudado a ganar aliados y ganar influencia en los foros políticos, las finanzas y la tecnología.

China se impone como primera potencia comercial de la región

China superó a Estados Unidos en el comercio en América del Sur y Central durante el gobierno del expresidente Donald Trump, a pesar de que su administración advirtió a la región sobre los peligros de acercarse demasiado a Beijing. Bajo el presidente Joe Biden, la brecha se ha ampliado a pesar de los intentos de revertirla.

Los funcionarios estadounidenses ahora están adoptando un rumbo diferente, argumentando que Estados Unidos ofrece a la región otras cosas más allá del comercio, incluida la inversión en industrias de alta tecnología.

Beijing dice que su comercio e inversión en América Latina son beneficiosos para ambas partes. Unos 150 países se han adherido a la Franja y la Ruta con China, incluidos 22 de América Latina.

En el último año, Beijing ha elevado sus vínculos con Uruguay y Colombia a “asociaciones estratégicas”, siendo este último un aliado de Estados Unidos. Con Venezuela fue un paso más allá, y la incluyó en el selecto grupo de quienes tienen una relación de “Asociación Estratégica a Toda Prueba y Todo Tiempo”, que se impulsa en 31 nuevos acuerdos entre ambos países.

El presidente de Argentina, Javier Milei, que alguna vez fue muy crítico con China, ha suavizado su postura desde que asumió el cargo el mes pasado, lo que refleja la importancia de Beijing para la economía golpeada por la crisis.

Es el principal comprador de soja y carne vacuna de Argentina y tiene una línea de swap de divisas de 18.000 millones de dólares con el país, que el gobierno argentino, con problemas de liquidez, ha utilizado para pagar su deuda, incluso con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Loading...