Los ataques contra infraestructuras civiles son considerados como crímenes de guerra que ponen en riesgo la vida de la población. Las bajas temperaturas del invierno que recién comienza generan aún más inconvenientes.
Más de 9 millones de ucranianos continúan sin electricidad tras los últimos ataques rusos contra infraestructuras estratégicas del país, lo que es considerado como un crimen de guerra debido a que le impide a los ciudadanos poder acceder a servicios básicos como calefacción y agua potable en medio de un clima invernal, pero además afectan especialmente a quienes dependen de dispositivos médicos para mantenerse vivos.
Tal es el caso de Olena Isayenko, una paciente ucraniana entrevistada por CNN., que padece de insuficiencia respiratoria, por lo que necesita una máquina eléctrica de oxígeno para poder mantenerse viva.
Cuando suena la alarma que indica que su máquina se desconectó de la energía, es un sonimo mucho más aterrador para ella que el de las sirenas antiaéreas que anuncias bombardeos en la ciudad y que recientemente se escuchan con mayor frecuencia en Kiev.
Isayenko no puede respirar adecuadamente sin su máquina, por lo que debe recibir un flujo constante de oxígeno a través de un ventilador eléctrico para mantenerse con vida.
Los repetidos bombardeos rusos, durante la época invernal de la Navidad, contra la infraestructura eléctrica, han provocado que Isayenko se quede sin aliento en múltiples ocasiones durante los largos apagones.
Este caso es solo uno de los millones que se están viendo afectados día a día por los crímenes de guerra que Rusia está perpetrando contra Ucrania durante su caprichosa invasión.
Fuente: Infobae