El nuevo campeón del mundo de la Fórmula 1, Lando Norris, no solo se llevó un título histórico a su nombre: también recibió uno de los trofeos más costosos y simbólicos del deporte global. Más allá de la gloria deportiva, la pieza que acredita al británico como el mejor piloto de la temporada tiene un valor económico que sorprende incluso dentro de una industria acostumbrada a cifras millonarias.
Por Finanzas Digital
El Trofeo del Campeonato Mundial de Pilotos está fabricado en plata de ley y recubierto con baño de oro, una combinación que lo convierte en una pieza exclusiva de alto valor. Su peso —unos 5,5 kilogramos— no solo refleja la calidad del material, sino el nivel de artesanía necesario para elaborarlo.
Según estimaciones de especialistas del sector, el trofeo tiene un valor aproximado de 500.000 euros, una cifra que lo sitúa entre los galardones deportivos más costosos del mundo. Sin embargo, para la Fórmula 1, el valor simbólico supera ampliamente al precio del metal.
A diferencia de otros premios icónicos del deporte, el trofeo de campeón de F1 no es permanente. Cada piloto recibe su propia pieza, pero solo puede mantenerla durante un año. Al finalizar la siguiente temporada, debe devolverla para que pase al próximo monarca de la categoría.
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