El retorno de Abrego fue anunciado este viernes por la fiscal de EE.UU., Pam Bondi, que presentó una serie de cargos contra el inmigrante por haber presuntamente transportado a indocumentados desde Texas hacia Maryland y otros estados desde el 2017 hasta este año.

En este sentido, Trump dijo a la televisora que Bondi había decidido regresar al inmigrante utilizando la acusación “y eso está bien».

«Debería ser un caso muy sencillo» para los fiscales federales, valoró el presidente, que explicó que no habló recientemente con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele sobre el regreso de Ábrego.

En una visita en abril pasado a la Casa Blanca, Bukele dijo que no regresaría a Ábrego, a pesar de que el mismo Gobierno Trump admitió que había cometido un «error administrativo» al expulsar al inmigrante.

El caso de Ábrego, quien tenía un estatus legal que lo protegía de la deportación pero fue enviado junto a más de 230 inmigrantes a El Salvador, ha enfrentado a la Administración Trump con el poder judicial en lo que algunos expertos califican como una «crisis constitucional».

Las autoridades se habían negado a facilitar el regreso de Ábrego al país, a pesar de las órdenes emitidas por la Corte Suprema y un tribunal de primera instancia, que concluyeron que su deportación fue ilegal.

Ahora el Ejecutivo estadounidense ha optado por acusar a Abrego de cargos federales, que surgieron a raíz de un encuentro del inmigrante con agentes de policía en Tennessee en 2022, cuando viajaba con varias personas, que se presume eran indocumentados, según detalla el documento judicial.

De ser encontrado culpable de los cargos, Ábrego enfrentaría una pena máxima de 20 años en la cárcel.

El inmigrante se mantiene bajo custodia de las autoridades federales. Sus abogados han negado las acusaciones de la Fiscalía estadounidense

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