El periodista Roberto Cox, adscrito a Chilevisión, denunció este martes en redes sociales el atropello al que fue sometido junto a su equipo durante horas por parte de la Dirección General de Contrainteligencia General (Dgcim) en la frontera entre Cúcuta y el estado Táchira.
«¡Seis horas retenidos por la inteligencia venezolana! Ya de vuelta en Chile quiero contarles una de las peores experiencias en mis 20 años en el periodismo. Fuimos retenidos durante seis horas por la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela (DGCIM)», alertó Cox en un mensaje compartido en su cuenta de Instagram.
«Desde nuestra llegada a Cúcuta nunca fue nuestra intención ingresar a Venezuela ya que no contábamos con la visa correspondiente, sin embargo, un error en la ruta nos llevó al control fronterizo del puente Francisco de Paula Santander. Ahí llamó la atención de la Guardia Nacional nuestros equipos de prensa y la grabación de un video para alertar a nuestros jefes desencadenó la molestia de los agentes», explicó el reportero chileno.
«Fuimos traslados al cuartel fronterizo para ser interrogados. Hasta ese momento, pude aún enviar mensajes de WhatsApp y nuestra ubicación. Minutos después todos nuestros celulares fueron confiscados y puestos en modo avión. De ahí en más quedamos durante cerca de 5 horas completamente incomunicados. Nos pidieron las claves de nuestros teléfonos. Fue entonces que dos agentes de la DGCIM revisaron conversaciones de WhatsApp y galerías de fotos. Luego nos vaciaron las mochilas con nuestros equipos y nos interrogaron sobre la función que cumplían cada uno de los aparatos que solemos usar para los despachos», relató.
Según el comunicador, «fueron momentos de extrema tensión en los que el silencio de los agentes aumentaba la incertidumbre. Deduje que la idea era encontrar pruebas que apunten a una eventual labor de espionaje más allá de nuestra evidente relación con un medio de comunicación».
Cox aseguró que «nos sacaron fotos estando retenidos (cual presos) y nos obligaron a grabar un video declarando que en ningún momento fuimos golpeados y que tampoco nos quitaron artículos personales (efectivamente nada de eso ocurrió). Firmamos un documento de expulsión del país y volvimos a Colombia».
Para Cox y su equipo, «fueron seis horas eternas en las que una delgada línea separa la libertad de una larga estadía en una celda venezolana. Quiero aprovechar para agradecer el apoyo que en todo momento nos brindó Chilevisión que desde el primer minuto reaccionó y realizó las gestiones para solucionar la situación. Hoy agradezco estar de vuelta en casa».


