A través de un comunicado oficial, el chavismo señaló que el ataque —realizado supuestamente a solicitud del Estado de Israel— tuvo como blanco los complejos nucleares de Fordow, Natanz e Isfahan, en territorio iraní.
La Administración de Nicolás Maduro denunció que esta operación militar constituye una violación a la Carta de las Naciones Unidas, al derecho internacional y a los principios de soberanía entre Estados.
“Bombardear instalaciones nucleares, con todos los riesgos que ello implica para la vida humana y el equilibrio ambiental de la región, es una escalada irresponsable que puede desatar consecuencias de proporciones incalculables para la estabilidad global”, advirtió el pronunciamiento difundido por la Cancillería chavista.
Reafirmó su solidaridad con el pueblo iraní y exigió el cese inmediato de las hostilidades. El comunicado también subrayó la necesidad de respetar los canales diplomáticos y de apegarse al derecho internacional como único camino posible para la convivencia pacífica entre las naciones.
El régimen chavista manifestó que este tipo de acciones militares ponen en peligro no solo a Medio Oriente, sino también a la paz y seguridad internacionales, al elevar las tensiones en una región ya marcada por conflictos geopolíticos.
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