El reclamo venezolano se intensificó en abril pasado, cuando el gobierno de Nicolás Maduro rechazó públicamente la llegada del buque One Guyana, una unidad flotante de producción y descarga (FPSO, por sus siglas en inglés), a un área marítima que Caracas considera «pendiente por delimitar».

 

Según la Cancillería venezolana, dicha operación —en la que participa ExxonMobil— representa una «violación al derecho internacional», al tratarse de un acto unilateral en una zona en disputa.

Venezuela ha reiterado que no reconoce ninguna concesión en ese espacio, y ha advertido a las empresas involucradas que podrán enfrentar acciones legales y no se les reconocerán derechos sobre los recursos explotados.

 

La disputa entre Venezuela y Guyana sobre el territorio Esequibo —una región de casi 160.000 km²— se remonta al Laudo Arbitral de París de 1899, que otorgó la soberanía del área a la entonces Guyana Británica.

Décadas más tarde, Venezuela declaró nulo ese fallo y firmó con el Reino Unido el Acuerdo de Ginebra de 1966, que sentó las bases para una resolución pacífica del conflicto mediante una comisión bilateral. Sin embargo, la controversia sigue sin resolverse y actualmente es objeto de un proceso judicial en la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

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