A más de siete meses de que la guardia venezolana detuviera al uruguayo Fabián Buglione cuando cruzaba la frontera desde Colombia por Cúcuta, la poca información que sus allegados han recibido sobre su situación les ha dado, apenas, un poco de tranquilidad.Tal como informó El Observador, la primera información que se supo sobre el paradero de Buglione surgió a meses de su desaparición, en enero, cuando el gobierno venezolano informó que había un uruguayo entre los detenidos. Buglione había estado preso en El Helicoide, conocido como centro de tortura del régimen bolivariano, y en diciembre de 2024 fue trasladado a El Rodeo I, un centro penitenciario de presos comunes al que en el último tiempo fueron trasladados también presos políticos y extranjeros.
El que lleva la voz cantante en las negociaciones para liberar a Buglione es el gobierno estadounidense, dado que hace casi 30 años que el uruguayo vive en Nueva York, es residente y ha formado a su familia allí.
Después de la primera liberación de detenidos de forma arbitraria, que viajaron a Estados Unidos tras una reunión entre el enviado de Donald Trump Richard Grenell y Nicolás Maduro, los allegados de Buglione empezaron a conocer, también, los pormenores de su detención. Por ejemplo, que le habían puesto un seudónimo, que está en buen estado de salud, que tiene atención médica y que recibe buena alimentación. Las noticias, aunque escasas, dieron un pequeño pero esperanzador alivio a sus allegados, que vivían hasta entonces con la incertidumbre de qué había pasado con él.
Además, la organización venezolana de Derechos Humanos Foro Penal está recolectando números de celulares de familiares de presos políticos para hacérselos llegar a los detenidos, de modo que puedan empezar a tener comunicaciones telefónicas con sus allegados. Hasta ahora eso no ha sucedido.
El gobierno uruguayo poco había podido hacer por él. Sobre todo, porque Uruguay se quedó sin representación en Venezuela después de que el gobierno de Luis Lacalle Pou no reconociera a Maduro como presidente reelecto, luego de un escándalo por denuncias de que las elecciones habían sido fraudulentas. Eso complicó el diálogo con Venezuela, de modo tal que las primeras cartas del gobierno uruguayo al de Maduro pidiendo información sobre Buglione ni siquiera fueron respondidas. Actualmente la Cancillería uruguaya está en contacto con las autoridades estadounidenses para seguir de cerca la situación de este compatriota.
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