Por todas las razones explicadas, el informe llega a estimar para 2025 lo siguiente:

– Inflación 220% para 2025, cuando en 2024 indican 50% anual.

– PIB (real, o sea deflactado) caída -2%. Mientras que 2021: 5,4%; 2022: 7,2 %; 2023: 4,6%; 2024: 3,8%.

– Devaluación acentuada del Tipo de Cambio BCV y ampliación de la brecha cambiaria (no la llaman con ese nombre).

– Aumento sustancial del financiamiento monetario del deficit fiscal (aumento porcentual del señoraje)

– Reducción aun mayor del crédito bancario (altísimo encaje legal 73% de los depósitos)

Todo ello nos llevó a la conclusión de que habrá un retroceso en la tímida reducción de la pobreza que vimos en el primer semestre de 2024.

LA FIGURA 17 EXPLICA LA RAZÓN DE LA REDACCIÓN DEL DECRETO DE EMERGENCIA ECONÓMICA

Resulta muy interesante el cuadro de la evolución de la recaudación tributaria de los últimos años insertada en la figura 17 y su explicación.

¿Por qué? Porque se nota claramente cómo ha caído severamente la recaudación del Impuesto sobre la Renta y cómo se ha comportado la de los otros tributos: contrasta sustancialmente.

Y, ¿cómo es que eso explica la redacción de la emergencia económica? El citado Decreto tiene un contenido 60 % fiscalista. Esto quiere decir que seis de las 10 medidas que puede tomar el Ejecutivo Nacional, de acuerdo con el articulo 2 del Decreto, están dirigidas a temas tributarios.

Algunos puntos del articulo son MONSTRUOSOS. Llega a plantear que el Ejecutivo Nacional puede apropiarse de los tributos estadales y municipales.

¿POR QUÉ PODEMOS ESPERAR UNA CAÍDA SUSTANCIAL DE LA ACTIVIDAD INMOBILIARIA 2025?

Porque sabemos que la actividad inmobiliaria está fuertemente correlacionada con el comportamiento del PIB, de la actividad petrolera, de las posibilidades del crédito y de la sobre oferta inmomiliaria.

Y, de confirmidad con todos los datos del Informe de Coyuntura, esa es la clara dirección que se observa.

LAS CAUSAS DE LA TERRIBLE SITUACIÓN QUE VIVIREMOS

Es un poco largo enumerar las causas que expone el informe como determinantes de la situación esperada. Partiendo de un contexto muy adverso, a rasgos muy grandes puedo resumir:

– Endurecimiento de sanciones economicas que traerán una caida de la producción petrolera de casi 30% con la consecuente caida de ingresos públicos y menor cantidad de dolares para inyectar al mercado cambiario y sostener el tipo de cambio.

-Las restricciones a la comercialización con terceros países.

– El entorno económico internacional atravesado por la guerra arancelaria,

– Baja demanda de energía por caída de la demanda de los consumidores en diversos países.

– Mayores presiones inflacionarias en muchos países.

– Persistencia de los conflictos geopolíticos de Medio Oriente y Ucrania.

– Aumento de los factores que propenden a la desglobalización y a la desintegración del comercio internacional.

Todo ello enmarcado a lo interno en un cuadro de muy baja capacidad política e institucional para absorber los choques negativos. A su vez agravado por la conflictividad política interna, sumada al aumento de las fricciones con Guyana y los problemas asociados al cambio climático.

En fin, un panorama muy adverso para imaginar un destino diferente para este año 2025.

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