Maduro aseguró que el supuesto incremento va a reflejar una “tendencia positiva” sostenida durante 15 trimestres consecutivos, atribuyendo el avance a la estabilidad del sistema cambiario y a la recuperación de diversos sectores económicos, incluyendo la agroindustria, la industria manufacturera, los servicios, la banca y las finanzas.
Sin embargo, la aparente mejoría macroeconómica que tanto menciona el chavismo, no se ve reflejada en la realidad cotidiana de muchos venezolanos.
El salario mínimo se mantiene en 130 bolívares desde 2022, lo que equivale aproximadamente a 1,3 dólares mensuales al tipo de cambio paralelo actual, donde el dólar ha superado la barrera de los 100 bolívares.
Esta devaluación de la moneda nacional y la persistente inflación, han erosionado significativamente el poder adquisitivo de la población.?
En este contexto, la afirmación de Maduro sobre el “crecimiento económico” es recibida con escepticismo por amplios sectores de la sociedad, que no perciben mejoras tangibles en su calidad de vida.
La desconexión entre las cifras oficiales y la realidad cotidiana, pone en entredicho la capacidad del régimen chavista, para enfrentar los desafíos económicos que afectan al país.