Hasta que el croupier no diga “rien ne va plus”, los jugadores pueden seguir apostando. En Venezuela todos los actores políticos están apostando. El pueblo que padece la peor versión en el mundo de la pandemia combinada con una crisis
humanitaria espantosa, aún no lo ha hecho, pero ha entrado al juego. Nuestro análisis de entorno de esta semana, tiene que ver con estas apuestas.
1. El día miércoles, Henrique Capriles, desde sus redes sociales continuó en el camino de llevar agua al molino de su liderazgo con una nueva apuesta. Veremos si se trató de un “bluff”, o si Capriles tiene una buena mano. Dijo que se retiraba del proceso
y que solo regresaría si las elecciones eran aplazadas para permitir la observación internacional y se mejoraran las condiciones. El día de hoy, si se produjo la carta al CNE (lo cual no ha podido ser verificado) Capriles y su partido no están en la
carrera.
2. La posición de Capriles ha sido “trabajada”. Ayer mismo reveló que tras contactos con embajadores, se había logrado que viniera la misión que envió Borrell al país. De manera que no es aventurado decir que la no participación de este último a la
presidencia, es la consecuencia de que el envío de la misión no fue acordada con el presidente que la mayoría de los miembros de la UE reconocen que es Juan Guaidó, sino una gestión política de su despacho.
3. Capriles fue cuidadoso en no mencionar ninguna condición en particular más que la de la Observación Internacional. Quizás es lo más débil de su planteamiento y de su apuesta porque tanto Borrell (ahora sí oficialmente) en sus declaraciones y en
respuesta a varios parlamentarios europeos, ha reiterado que si no se cumplen las 8 condiciones antes fijadas, muy cercanas al decálogo de la AN, la UE no reconocería las elecciones.
¿Seguirá Capriles esta posición? El silogismo es indócil.
Oficialmente para la UE, sin esas condiciones no hay observación internacional. Dicho en otras palabras, Capriles no debería participar.
4. No hay dudas de que la apuesta para él es arriesgada. Si no se logran las condiciones, quedará atrapado en dos fuegos. Por un lado, no podrá tener la cabeza de playa de una fracción parlamentaria para apuntalar su liderazgo después del 6 E y
quedará vigente la presidencia interina de Guaidó, y por el otro, el régimen de Maduro le cobrará su no participación que era parte del acuerdo entre ambos.
5. Ayer se estaría realizando una sesión de la AN en la que se aprobaría la realización de la Consulta. Ya hay un proyecto de preguntas y falta por definir la fecha. Distintas fuentes revelan que lo más probable es que se escoja el mismo 6 D, lo que le
añadiría un ingrediente de disrupción, desafío y dificultad logística del régimen para impedirla. Si la aprobación resultara por una amplia mayoría (incluyendo la fracción 16 J de MCM) se trataría de un reforzamiento del liderazgo de Guaidó quien
cubriría, de esta manera, la principal crítica que se ha formulado a su conducción y que estuvo reflejada en la frase del documento de la CEV: “no basta con abstenerse”.
6. Como explicamos la semana pasada. Las apuestas de los liderazgos alternativos a Guaidó, pasan todas por la interrupción del interinato. Como también dijimos, PJ, en esta vía, ha hecho saber que no encuentra basamento jurídico a tal continuación,
con lo cual, está diciendo que hasta el 5 E acompaña al gobierno interino. Sin embargo, si Capriles (su principal baza para acompañar otra opción) no puede tener la plataforma de una AN salida de las elecciones del 6 D, la cosa se pone cuesta arriba
para que ese liderazgo alternativo pueda cristalizar.

7. Uno de los argumentos más poderosos de Guaidó para continuar en el gobierno interino hasta que haya elecciones creíbles, es sin duda, el apoyo internacional a su liderazgo. Lo más importante es que no es solamente un apoyo político. Los gobiernos y los tribunales de las principales democracias del mundo han dictaminado, una y otra vez, que los activos y la representación política de la nación venezolana, descansan en la legitimidad que le da ser presidente de la AN y mientras no haya
una elección reconocida, esta posición no cambiará. En consecuencia, la gran debilidad de la posición que no acompañe a Guaidó en el año 2021, es que no hay con qué sustituir esta representatividad y la titularidad de los derechos que le confiere.
La carrera “desde cero” comenzaría con Guaidó muy adelante gracias a este apoyo internacional.
8. Esta posición de reconocimiento de Guaidó, podría, paradójicamente, ser utilizada por la Comunidad Internacional para retomar el curso de una negociación supervisada que ponga fin al régimen político venezolano. El gran problema en este
terreno es que Maduro se ha equivocado dinamitando todos los canales institucionales y apostando (fallidamente) a operaciones como la de La Mesita, los Alacranes y una AN espuria, creyendo que su hegemonía podría ser lograda, al estilo cubano, donde no hay oposición con fuerza institucional. Aquí ha fallado. Las
elecciones de 2015 dieron una fortaleza política a esa oposición, la cual mantiene, a pesar de sus desavenencias internas.

Está visto que la posición de la Comunidad Internacional no variará (quizás ni siquiera con la elección de Biden en USA) y la presión lejos de detenerse, va a aumentar. De manera que, Maduro, que no podrá resolver ningún problema en el polvorín sobre el cual está sentado, debería aprovechar la oportunidad para sentar
nuevas bases de una negociación que le permita dejar el poder sin mayores traumas. Ya Estados Unidos le advirtió que le había dado esa oportunidad y la había desaprovechado.
9. Es inevitable culminar este análisis de entorno sin hacer referencia a la otra apuesta en juego en estos momentos en el país. Se trata de la que está haciendo de manera espontánea pero casi que generalizada, el pueblo venezolano en los cuatro
puntos cardinales de la geografía. Es cierto que la protesta es espontánea y no está centralizada u organizada con fines políticos. Sin embargo, es la protesta de mayor contenido político de los últimos años en Venezuela. ¿Por qué? Pues porque por
primera vez, las calles se llenan de sectores populares en reclamo de reivindicaciones sociales pero que con sorprendente clarividencia, dejan ver en la narrativa de sus líderes naturales, que Maduro es el responsable de su pesadilla. Las grandes
marchas de la clase media venezolana de lo que va de siglo, han sido imponentes manifestaciones de fuerza con claros objetivos
políticos, pero normalmente alejadas de la protesta social de los sectores populares. En esta ocasión, la Venezuela profunda se moviliza y hace el link entre la reivindicación social y la política.
Nada más amenazante para Maduro. Será inevitable que esta  protesta llegue a su propio vecindario. A los barrios de La Vega, Caricuao y Gramoven cerquita del Palacio de Miraflores. No tendrán que pasar por la Plaza Brión de Chacaíto, donde 4
ballenas podían parar miles de manifestantes.
Ese puede ser el próximo escenario del país. Un estallido incontrolable que obligue a jugar a cada quien su rol sin apuestas calculadas y sin agendas preconcebidas. Maduro debería tomar nota.

Con informacion de CuentasClarasDigital.Org

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