El valor del dólar y su alza sostenida es el dolor de cabeza de un país postrado en una hiperinflación galopante, que castiga con fuerza el bolsillo de los venezolanos. Todos saben que hoy, 28 de septiembre, para comprar un dólar se necesitan 440.000 bolívares. Eso tal vez se dice fácil.

Sin embargo ¿Sabe usted cuánto vale un dólar en términos reales, si Hugo Chávez no le hubiese quitado tres ceros a la moneda en 2008 y Nicolás Maduro cinco en 2018?

¿Sabe cómo se escribe y lee la cifra?

Entérese, se escribe así: 44.000.000.000.000 y se lee así: 44 billones de bolívares. Sí, tiene 12 ceros. Increíble ¿no?

Vea cómo se leería si no solo fuesen ceros. Hagamos el ejercicio si fuesen casi 45 billones 44.999.999.999.999. Aquí va: 44 billones, novecientos noventa y nueve millones, novecientos noventa y nueve mil, novecientos noventa y nueve. Guauuu.

Y ¿cómo llegamos a eso? ¿Por qué dos reconversiones del Bolívar?

La inflación le enreda las cuentas a Hugo Chávez y nace el Bolívar Fuerte

En 2007 la inflación comenzó su carrera ascendente de manera definitiva en Venezuela. Según datos del Banco Central (BCV) al cierre de ese año el costo de la vida subió 22,5 por ciento. En ese momento, la tasa inflacionaria más alta en tres años en el país, la más alta de la región y una de las más altas del mundo.

El aumento del valor de los alimentos y servicios no lograron ser sometidos con los férreos controles de precios que ya encaminaban el desastre de la economía. Todo lo contrario, generaron distorsiones, desabastecimiento y mercados negros. Típicas consecuencias de los controles de precios, como mecanismos populistas.

Chávez apeló a una reconversión, con la que pretendió simplificar la comprensión, uso y manejo de la moneda nacional, que consistió en eliminar 3 ceros a la moneda nacional, pasando todas las cantidades de dinero a ser expresadas en una nueva y menor escala monetaria: Bs. 1.000 = Bs.F.1,00

Del Fuerte al Soberano

Las reconversiones monetarias son procesos de largo plazo, porque básicamente la inflación es un fenómeno superado en la mayoría de los países del planeta. Venezuela es una de las pocas excepciones y, de hecho, es la peor.

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Cuando Nicolás Maduro llega al poder en 2013, la reconversión anterior ya había perdido todo efecto, porque el avance de la inflación era imparable. En agosto, cuando entra en vigor la eliminación de 5 ceros al bolívar y se instaura el cono del bolívar “soberano”, la inflación mensual fue de 223,1% y la anualizada llegó a 200.005,1%

Sin embargo, el cono del “soberano” tenía, además, otro problema adicional: la escasez de efectivo que comenzaba a hacerse presente en la economía, por lo que hubo que cabalgar con el cono anterior.

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La inflación de 2018 terminó en 1.698.488,7%, un récord histórico que, incluso, si el fenómeno inflacionario persiste parece muy difícil de superar. A partir de ahí, Maduro hizo un duro ajuste monetario que ha provocado que, sin salir de la condición hiperinflacionaria, la velocidad con la que crecen los precios se modere.

No obstante, al paso presente otra reconversión sería indispensable en un plazo no muy lejano.

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