Por César Pérez Vivas

María Corina Machado es una dama respetable e inteligente. Además, luchadora y valiente. Ha ofrecido su concurso en la lucha contra la dictadura comunista que nos oprime. Sus cualidades y sus luchas le han generado nuestro respeto y admiración.

El pasado fin de semana sostuvo una reunión con el Presidente Juan Guaido, en el marco de una ronda de diálogos, promovidos por éste para evaluar las opciones estratégicas a desarrollar, frente al fraudulento proceso de preparación de la elección parlamentaria.

Por lo informado directamente por ella, en mensaje posterior a la reunión, Guaido le consultó sobre su intención de apoyar la propuesta de una consulta alternativa al fraude convocado por la dictadura. ¿Con que cristal observó la situación María Corina?       Examinemos la materia.

En una parte de su video mensaje, presentado en las redes sociales, María Corina expresó:

“…. Mi respuesta es que los venezolanos ya fuimos consultados el 16 de Julio del 2017, y que allí hay un mandato incumplido. No es verdad que los venezolanos tenemos solo para escoger entre la permanencia indefinida de Nicolás Maduro en el poder a través de farsas electorales o la permanencia indefinida del gobierno interino a través de consultas plebiscitarias. Si hay una opción alternativa para la liberación de Venezuela, y es la operación de paz y estabilización”………………. El país tiene muy claro que enfrentamos un régimen criminal, ya no hay más nada que consultar. El país tiene muy claro que estos criminales no salen con votos. Por eso a los venezolanos les digo: mi posición es enfrentar cada maniobra de distracción, aunque se disfrace de unidad. Y eso es lo que haré.” (negrillas y subrayado mío)

De esta declaración vale la pena precisar algunos puntos fundamentales. El planteamiento de una nueva consulta no es ni de Guaido, ni de su entorno, tampoco del G4. La iniciativa es de una ONG denominada ANCO (Alianza Nacional Constituye). Se trata de una especie de plebiscito concebido para expresar, una vez más, nuestro repudio a la dictadura y a su más conspicuo representante. Se trata también de enviar un nuevo mensaje al mundo para que tengan presente a esta sufrida nación, hoy en manos de una camarilla criminal. No es, entonces, una maniobra para “prolongar al gobierno interino”.

Que ya anteriormente  nos hemos manifestado en las calles y en otra consulta democrática, sin haber logrado el objetivo de derrumbar la tiranía es cierto. Solo que es menester recordar la naturaleza autoritaria y criminal del régimen. Razón por la cual se hace necesario perseverar hasta vencer. Si claudicamos, si  solo esperamos que otros países lo hagan por nosotros, nos van a reclamar nuestra conducta de resignación y decaimiento en la lucha por la conquista de la democracia.

De modo que si el Presidente Guaido la asume y la apoya es muy bueno. Sería además muy positivo, si no sólo Guaido, sino todos los líderes y dirigentes auténticamente opositores, incluida María Corina,  también la respaldarán.

Al apoyar  esta propuesta debemos tener conciencia de sus objetivos, riegos y limitaciones. El asunto es el cristal con que se mire. A veces un mismo objeto, un mismo evento, una misma situación la apreciamos de diversas maneras. La forma, el cristal y la posición en que nos encontremos,  condicionan la percepción que obtenemos. La materia objeto de la declaración de María Corina tiene para mí una percepción distinta.

Un análisis hermenéutico de dicho mensaje nos lleva a ubicar la idea central del mismo. Se trata de colocar en un mismo plano, tanto a Nicolás Maduro como a Juan Guaido. Ambos actúan, según ese contenido, con oscura y aviesa intención. El primero con elecciones fraudulentas, y el segundo, con una consulta al soberano. Ambos, por tanto, deben ser defenestrados.

Considera María Corina que la consulta propuesta por ANCO, y respaldada por nosotros, permite perpetuar a Maduro y a Guaido en las posiciones que ostentan. Creo firmemente que igualar a ambos actores constituye, además, de un error, una grave injusticia. Y lo expreso con la serenidad que me da no estar en su partido, ni en su entorno, ni ser de sus propagandistas o felicitadores.

Maduro es un dictador. Guaido es un luchador democrático que ha demostrado un gran coraje en el desempeño de una responsabilidad, que por el devenir de la vida política le tocó asumir. Que ha cometido graves errores en su actuación y en su mensaje, Si. Esos errores han debilitado la confianza en su desempeño. ¿Quién no ha cometido errores en estos años de lucha? El régimen sigue ahí, fundamentalmente, porque se sostiene por la fuerza, no porque se hayan dejado (con todo y los errores y desviaciones) de adelantar las gestiones fundamentales para tal fin.

Sostener que la consulta propuesta por ANCO es una maniobra para perpetuar el gobierno interino es observar esa propuesta con un cristal opaco y/o distorsionado. Es propagar un grave error. Seguirlo diciendo es faltar a la verdad y manipular una propuesta formulada con sanos y rectos propósitos. Puede discreparme de ella, de su utilidad, eficacia y/u oportunidad. Pero no asignarle una aviesa intención.

Nosotros la observamos y apreciamos cómo una nueva manifestación de la sociedad venezolana contra el dictador y su camarilla. Cómo un nuevo llamando de los ciudadanos venezolanos al mundo libre para que coopere firmemente en el rescate de la democracia. Se trata de una respuesta política a un evento politiquero y fraudulento. No será la última manifestación, ni la ultima lucha contra el régimen. Debería ser una nueva demostración de la firme aspiración de nuestro pueblo a la libertad y el desarrollo humano integral.

Vengo sosteniendo que la prioridad de esta hora venezolana es sacar a Maduro y a su camarilla. Incluir a Guaido, colocarlo en la misma categoría es un grave error. Pretender, en esta hora, derrumbar simultáneamente a Maduro, Guaido, y todo liderazgo democrático que nos compita, no resulta útil para el rescate de la democracia.

Una vez logrado el objetivo de derrumbar la dictadura, todos los partidos y liderazgos podremos someter a la consideración del país nuestros proyectos, nuestra visión, nuestra hoja de servicio. Y el pueblo con su voto decidirá qué modelo democrático y liderazgo acogerá. En esta hora Venezuela necesita unidad de propósitos, grandeza, desprendimiento y amor a nuestro pueblo.

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