Desde el 2010 el reglamento electoral venezolano, desapareció  la figura del observador internacional. En su lugar, el Consejo Nacional Electoral (CNE) suele invitar a “acompañantes internacionales” que no están en todo el proceso, solo pueden emitir declaraciones  sobre las elecciones hasta que se haya proclamado un ganador y sus  hallazgos o sugerencias deben ser entregados confidencialmente. 

En opinión del Analista Político y Consultor Electoral Aníbal Sánchez Ismayel: “Estas limitaciones contradice el código y los requisitos para desplegar misiones de observación acordados en la Declaración de Principios para la Observación Internacional de Elecciones, de la OEA, el centro Carter y la Comunidad Europea que también establece un código de conducta para los observadores”

¿Que es la Observación Electoral?

Es un conjunto de actividades de preparación, instalación, vigilancia e información desplegadas por personas o agrupaciones idóneas o conocedoras de los procesos electorales y cuyo objetivo es plasmar en la ciudadanía una razonable seguridad de que los representantes que se eligen o las decisiones que se consultan democráticamente en su comunidad se han desarrollado con equidad y son reflejo espontáneo de la voluntad popular»

¿Cómo se Desarrolla? A nivel interno, está consagrada la observación nacional, la que coexiste en dos ámbitos, la esfera pública, constituida por grupos de observadores designados por la institución cuyos monitores deben velar por el resguardo del proceso; y la privada o personal constituida por los representantes de los partidos ‘Testigos’ cuyo fin es mantener informado a sus organizaciones o candidatos.

En Venezuela el CNE “no ha acreditado en las últimas elecciones misiones formales de observación electoral, porque, en muchas oportunidades éstas no aceptan invitaciones ‘al no cumplir con los parámetros’ o el órgano rector no ha tenido la intención de que éstas se instalen”.-

Hemos denunciado el papel de los invitados que han “acompañado” las últimas jornadas electorales en venezuela, como el caso de Unasur o Mercosur, encabezada por organismo latino americano de exdirectivos electorales (Ceela); porque las mismas no se ajusta a los principios internacionales para ser considerado como “observación” e incluso nuestros intercambios han sido extraoficiales y confidenciales.

Para la comunidad internacional reaccionar ante una situación postelectoral siempre ha sido delicado. A ningún gobierno le gusta opinar sobre asuntos domésticos de otro y menos arriesgándose  a provocar una crisis diplomática “La existencia de una misión de observación internacional evita estos riesgos” al tiempo que siembra mayor confianza en los participantes, lo que se traduce en su aumento.-

“Fue un error eliminar la Observación Electoral Internacional”

Al eliminar del reglamento electoral, la Observación Internacional el gobierno hizo evidente que la considera un intento de tutelaje de países desarrollados, una crítica ideológica, que no considera que en estas participan los gobiernos que necesitan reconocimiento internacional y la comunidad internacional que condiciona la legitimidad; a la verificación de su compromiso con la democracia y el respeto a los derechos humanos.-

Como un acto  contradictorio, se podría considerar que el CNE en las últimas oportunidades aprueba y acredita presencia de invitados políticos internacionales; cuya figura no está en las leyes y van en contra del código de ética internacional y que como era de esperar, toman parte en el debate partidista y en actos proselitistas.

Al rechazar la observación la sospechas de las irregularidades y manipulaciones no se despeja, al contrario aumentan; lo cual no ayuda a la hora de querer evitar una mayor injerencia, quedando en suspenso el reconocimiento de la legitimidad, la transparencia del proceso electoral y sus resultados.

A pesar de estas críticas, debemos recordar, que  la última vez que se instalaron en el país misiones técnicas electorales para monitorear un proceso fue con motivo de las parlamentarias del 2005. Para las presidenciales del 2006, vinieron al país, dos meses antes unos observadores de la Organización de Estados Americanos y de la Unión Europea.

Después de esto, muchos países e instituciones rechazan la invitación del CNE  como “Acompañante Internacional” argumentando que este tipo de proceso se limitaba a una invitación a observar las actividades relativas el día de la votación mediante una presencia política simbólica, mientras que el propósito de una observación es el de evaluar el proceso electoral en su conjunto de manera sistemática.-

Los acompañantes que aceptan  se comprometen a garantizar la confidencialidad de sus informes y a entregarlos después de que se produzca el anuncio de resultados definitivos. Incluso, según el Artículo 487 del Reglamento el CNE podrá revocar la credencial de acompañante.-

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 33 numeral 14 de la Ley Orgánica del Poder Electoral, el CNE tiene la competencia exclusiva para decidir la acreditación en materia de observación nacional y acompañamiento.

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