Por Pedro Mena

Esta semana según el calendario católico, celebramos el “Día de todos los Santos” y el “Día de los muertos”, ambas tradiciones inscrita en la cultura de los latinoamericanos de orientación cristiana. En tal sentido como es mi costumbre familiar y obligación religiosa, asistimos a las misas previstas en nuestra Iglesia Saint Edwards, en Pembroke Pines, en el condado de Broward.

Atento a las palabras de nuestro padre Albert, en su disertación de profundo contenido doctrinario e histórico sobre la predicación del evangelio correspondiente a las celebraciones litúrgicas, y entre sus palabras y orientaciones, mi mente repasaba la actual situación de volatilidad política en el mundo, especialmente en nuestro continente asediado por la violencia. la destrucción, el odio y la sed de venganza social.

Una gran contradicción entre quienes practicamos la misericordia, la solidaridad humana y el amor a nuestros prójimos, para ser coherentes con los principios del cristianismo universal, y quienes abandonando estos mandamientos fundamentales, desarrollan como arma de “fe” la ideología marxista, la lucha de clases, la división de la familia, expresados en contundentes hechos actuales de histeria colectiva, irracional y de violencia social, destruyendo a su paso como Atila, toda obra de creación y necesidad de la sociedad civil.

Sin duda alguna la reflexión es valedera cuando los cimientos de la sociedad civilizada, están siendo demolidos y afectados por las prédicas de contenido “populista”, demagógicas, e insultantes a las normas jurídicas, constitucionales de los países respetuosos de la convivencia social y democrática, hoy sustituida por las bombas “molotov” incendiarias, la destrucción de obras de uso colectivo como el reconocido Metro de Santiago de Chile, hoy prácticamente sin uso por la acción de la de los “brigadistas” de la ignorancia, el odio, la violencia y la falsa promesa política socialista-comunista.

No solo Chile con una de las mejores economías en crecimiento de América Latina, ha sido afectada por la locura “revolucionaria” del socialismo del siglo XXI, implementada desde Cuba comunista a Venezuela, y ambos en su confort estratégico impulsando las “invasiones de colectivos” a Ecuador, Colombia, y Perú.

Sin descartar los propios Estados Unidos, que vivió este tipo de violencia callejera, cuando se dieron los resultados del triunfo electoral del presidente Trump, con lo mismas acciones violentas, negocios y vidrieras destrozadas, carros quemados, uso de bombas incendiarias contra negocios comerciales y privados Agresiones físicas a personas inocentes El mismo “modus operandi”, aplicados en estos países. ¿Qué coincidencia?

Las preocupaciones aumentan en la medida que vamos contrastando el mensaje de paz verdadera, fe carbonera y amor real, que predica la iglesia católica frente a la negativa del entendimiento, al respeto a las instituciones del estado y de la sociedad civil, hoy vulneradas y en proceso de desaparición, por la acción desmedida del fanatismo ideológico y político inculcadas en sectores juveniles y estudiantiles, por los “maestros y profesores” del llamado “progresismo liberal” léase socialismo castro comunista, promotores auténtico de estas acciones desestabilizadoras y golpistas contra las democracias en América Latina.

En el caso venezolano, los últimos días las campañas promovidas por la actuación en bloque, de los “técnicos de manipulación mental” del G2 cubano, los “bolichicos” y sus aportes económicos a grupos minoritarios de sectores “opositores”, y los aliados naturales del régimen conformados por los “talibanes del teclado”, están desarrollando al máximo su estrategia común, pero con intereses divididos, para “acabar y liquidar la opción real y constitucional del presidente encargado Juan Guaidó, usando todos su arsenal disponibles para tratar de lograr sus objetivos políticos “mafiosos” del narcotráfico y del terrorismo  internacional.

Ejemplo están reciclando noticias muy viejas de altos funcionarios de la administración Trump, como Mike Pompeo secretario de estado, y del embajador especial Elliot Abraham, sobre supuestas críticas y abandono de la postura oficial de USA al gobierno interino de Guaidó, cuestión totalmente falsa y manipulada, por supuesto los grupúsculos de la ultra en las redes sociales y su coro de “comunicadores” aliados aumentan sus intrigas y manipulaciones anacrónicas. La “alianza contra natura” actúa con solidez en su acción divisionista opositora.
Otro elemento de manipulación mediática es la posición oficial de la Asamblea Nacional de convocar, según lo pautado en la constitución bolivariana, el proceso jurídico y legal, para designar un nuevo consejo nacional electoral. CNE, los cual sería un paso de avance cualitativo en el rescate de las instituciones del estado, sobre todo si a futuro debemos concurrir a unas elecciones, amplias, transparente y democrática, bajo supervisión internacional de la OEA y ONU, para garantizar un verdadero proceso electoral, sin la presencia del usurpador Maduro, como condición fundamental del cese de la usurpación.

Una nueva integración y composición de los rectores del nuevo CNE, designados por el único órgano legitimo del país la AN, que depure y limpie todos los esquemas de fraude y corrupción, es una necesidad prioritaria, respetando los derechos de cada sector político. Si no avanzamos con fuerza en esta dirección, el TSJ ilegitimo del régimen, procederá arbitrariamente hacerlo y convocará elecciones parlamentarias para el próximo año 2020. ¿Cuál es la acción correcta a tomar por la oposición mayoritaria en la AN?

Para finalizar solo le pedimos a Dios, que frente a estas marcadas pretensiones divisionistas y conjuras de los “aliados de la contra natura”, nos proteja, y que el Espíritu Santo ilumine nuestras mentes y corazones para lograr avanzar a paso victorioso.

Invocamos las palabras finales en la oración del venerado Padre Nuestro, símbolo de nuestra fe católica que expresa “NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN Y LIBRANOS DE TODO MAL”. Seguimos apoyando al presidente Guaidó y la AN legítima.

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