Por PEDRO MENA
La lucha de Guaidó no es solamente contra el régimen asesino y nauseabundo de Maduro, sino a la par, contra las agendas privadas y ocultas de sectores seudo radicales que, apoyados en la combinación de intereses políticos y económicos destructivos, se juntan con los enemigos y detractores del G2 cubano, haciendo estragos en las filas patrióticas.
Este proceso crítico, lento, lleno de incertidumbres y de grandes expectativas, sigue su curso con normalidad. Hay que armarse de grandes condiciones de tranquilidad, fortaleza espiritual y paciencia china, para resistirlo hasta el final. Los incesantes acontecimientos inéditos son exigencias duras de aguantar, pero más fácil de escribir e interpretar cuando se haga el balance definitivo de su cruzada histórica.
Comento esta introducción, porque no entiendo a fondo, cuáles son las motivaciones y condiciones mentales de algunos venezolanos y de un sector de dirigentes opositores, que lejos de ayudar a consolidar una unidad nacional, compacta, real y verdadera bajo la dirección política del presidente Juan Guaidó, se ocupan más bien de obstaculizarlo, criticarlo sin sentido, jugando posiciones adelantadas y hasta solicitando cargos burocráticos, todos lejos de la realidad del contexto actual de nuestra lucha contra la dictadura.
Desde mi perspectiva y óptica unitaria, creo necesario que estimulemos más los criterios comunes que nos unen y desligarnos de aquellos que nos separan, para lograr consolidar la opción original de trabajar juntos todos contra la narco dictadura del usurpador y sus aliados del castrocomunismo internacional.
Mientras en el frente internacional avanzamos en la concreción de algunas políticas diplomáticas, en lo interno la realidad es distinta. La lucha de Guaidó no es solamente contra el régimen asesino y nauseabundo de Maduro, sino a la par, contra las agendas privadas y ocultas de sectores seudo radicales que, apoyados en la combinación de intereses políticos y económicos destructivos, se juntan con los enemigos y detractores del G2 cubano, haciendo estragos en las filas patrióticas.
Algo raro detectado. Primero a priori lanzaron campañas mediáticas destinadas a desconocer a la Comisionada Bachelet de la ONU, expresando que estaba “vendida” al régimen y que su presunto informe sería un fraude. Luego, desconocieron la convocatoria a manifestar el 5 de julio del presidente Guaidó, los partidos políticos y sectores sociales, argumentando el peligro que ello representaría para los asistentes. Finalmente, se oponen al contundente y ejemplar “informe Bachelet” (¿).! ¡No entiendo!
Hay quienes plantean tesis descabelladas y cretinas, como la ruptura de Guaidó con los partidos políticos. Es una clara forma de expresión del llamado grupo “antipolítico”. Respeto esta osada propuesta, pero como político profesional no lo acepto y considero insensato este planteamiento. Abierto estoy al debate democrático cuando quieran. Siempre a la orden.
Por cierto, anexo los resultados de la última encuesta de la empresa Datanálisis por partidos. Ellos son: PSUV 11.1 %, MUD 4.4%, AD 8.5%, Voluntad Popular 4.2 %, Un Nuevo Tiempo 2,00%, Primero Justicia 3.2%, Vente Venezuela 0.8%, Copei 0,5%.
Este tipo de actitudes y de políticas montadas sobre “agendas secretas” contra Guaidó, no le hace nada bien al colectivo opositor, más bien estimula y fortalece las campañas de intrigas y divisionistas que el G2 cubano, los voceros y aliados tarifados del régimen imponen para la manipulación de la opinión pública independiente.
“Después de Guaidó, la “fosa común”
Esta frase atribuida a Henry Ramos Allup, encierra una gran verdad histórica. En este momento Guaidó es el líder popular, inédito e indiscutible de este proceso venezolano superando en porcentajes muy altos al liderazgo tradicional de MCM, L. López, HCR y de HF. Las encuestas revelan que el 70% de los venezolanos votarían por su nombre en presidenciales. Los demás son cadáveres insepultos.
No hay ningún líder político actualmente que lo pueda superar. Si los números de todas las encuestadoras le dan ese sitial de honor en el corazón de los electores, no tengo duda que debe ser el candidato de la oposición mediante el uso de los dos mecanismos ya aprobados y puestos en práctica en el pasado como elecciones primarias presidenciales o consenso político. No hay otra opción triunfadora.
Por supuesto, aclaro hipotéticas elecciones con un nuevo CNE, REP depurado, veedores internacionales de la OEA, ONU, “Grupo Lima” y Comunidad Económica Europea y con garantías para que más de 6 millones de electores en el exterior puedan sufragar sin problema alguno.
La supuesta e hipotética desaparición política de Guaidó representaría la pérdida y entrega final del país al comunismo internacional, a pesar de ser la opción más cercana y real para derrotar y salir de la tiranía del usurpador, ahora cuenta con 60 países que lo reconocen, además de la OEA, “Grupo Lima”, y las potencias como Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Alemania y Francia.
En esa “fosa común” estarían los “cadáveres” de todo el liderazgo político nacional, dirigentes de ONG’S, sociedad civil organizada, los empresarios y comerciantes patriotas, las instituciones civiles, los medios de comunicaciones social, “anclas” tv, articulistas y opinadores de oficios, las representaciones de la religión católica, cristiana, hebrea, protestante, los colegios y gremios educativos, económicos y sociales, los de la oposición radical y “combatientes del teclado”, los voceros del “liderazgo político salvador e independiente”, los militares patriotas, los estudiantes universitarios del país.
Los profesionales de todas las especialidades, brujos, adivinadores, magos, tarotistas y demás yerbas, los eternos candidatos o candidatas a diputados, gobernadores, alcaldes, legisladores regionales y concejales opositores, los “aduladores” estratégicos del régimen. Todo el país sin excepción estará 7 metros bajo tierra, que será lanzado por las máquinas y camiones debidamente contratados por el régimen de Maduro, para enterrar finalmente una historia que pudo haber sido victoriosa y no fue por las ambiciones desenfrenadas y el uso de las agendas grupales y personales de los “mesías y salvadores de la patria”.
¡Ojalá reflexionen a tiempo, todavía podemos lograrlo juntos y unidos!