Maduro logró un nuevo espaldarazo de sus aliados más comprometidos: Rusia y Cuba. Los cancilleres de ambas naciones se pronunciaron desde La Habana y lo hicieron de manera categórica.
Era seguro que los cancilleres de Cuba y Rusia abordaran la situación de Venezuela. Lo hicieron en privado y lo hicieron en público. El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, pasó por La Habana, donde ratificó junto a su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, un sólido respaldo a Nicolás Maduro, al que reconocen como el presidente legítimo.
Pero Lavrov habló de acuerdos y negociaciones. Y en cambio el ministro de Cuba no hizo mención a ello. El matiz importa. Porque Rusia, lo hizo Lavrov el día anterior desde Moscú, viene insistiendo en la vía de la negociación para que los venezolanos arriben a un acuerdo. Lavrov apoya la iniciativa noruega de la negociación. En Moscú también había declarado que “empieza prevalecer el sentido común en Venezuela”. Que “nunca detenemos el diálogo sobre la situación del país”. Y que hay contactos con Maduro y con representantes de Juan Guaidó.
Lavrov insistió en una solución pacífica. Que se apele el uso de la diplomacia, al uso de la carta de la ONU. Rechazó la vía de la fuerza, la amenaza de la fuerza. Dijo que Rusia está por “contribuir para crear condiciones para que los venezolanos puedan acordarse su propio futuro y superar esta situación”. También apuntó que “los contactos deben fortalecer el diálogo y no para imponer los resultados de un diálogo”.
Ante una pregunta del corresponsal de la BBC de Londres, sobre que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que Cuba y Rusia son una presencia no deseada en Venezuela, Bruno Rodríguez respondió que habría que decir que el gobierno de los Estados Unidos “intenta restablecer la aplicación de la Doctrina Monroe que está asociada al uso de la fuerza en la América Latina y el Caribe y al ejercicio de la hegemonía y la dominación imperialista”.
Dijo que “Pompeo trata de disimular el fracaso del plan norteamericano de intervención en Venezuela con calumnias y pretextos increíbles”, y anunció que “la cooperación de Cuba con Venezuela es y será invariable, de profunda solidaridad con el gobierno de Maduro y la unión cívico militar de su pueblo”. Señaló que “ninguna amenaza hará cambiar el rumbo que Cuba ha escogido”.
Serguéi Lavrov dijo, por su parte, que Estados Unidos no es muy serio en lo que respecta al derecho internacional. Y por ello echa mano del uso de la fuerza. Lo hizo en Panamá y lo hizo en Granada. Primero dicen que hay un vacío democrático y luego ordenan a las fuerzas militares que llenen ese vacío con métodos no democráticos. Afirmó que los métodos neocoloniales deben ser tirados a la basura.
Mientras Lavrov y Rodríguez se pronunciaban en estos términos, desde Washington, el Enviado Especial para Venezuela, Elliott Abrams, anunciaba que habrá más sanciones para Cuba, y podría Estados Unidos aplicar medidas para Rusia, por el apoyo que le brindan a Maduro.
Por Juan Carlos Zapata / alnavio.com