Por José Luis Centeno

Melvin Farías y Junior Rojas se encuentran secuestrados en calabozos de la DGCIM. La causa, abuso de poder. El daño infligido a ellos resulta evidente, pues toda persona sometida a agresiones y vejámenes, experimenta perjuicios en la honra, el sufrimiento y el dolor que se derivan de la violación de sus derechos humanos, comenzando con su ilegal detención el 18/04/2018.

¿Es un caso de denegación de justicia prolongada en perjuicio de estos jóvenes y sus familiares? Falta de justicia e impunidad persistente en el caso sería la apreciación adecuada para irregularidades que confirman avanzados signos de putrefacción en el Poder Judicial, simbolizando la desaparición de su cualidad de justo, y eso explica que Melvin y Junior estén privados de libertad por el capricho de un capitoste.

El autor de tal aberración, Maikel Moreno, presidente del TSJ írrito, “tiene un prontuario que incluye dos procesos por homicidio” y “es traidor”, “estaba en la componenda para derrocar a Maduro”, “además de corrupto”, por tanto no debe sorprendernos esta crueldad suya, fraguada para suprimir los desafueros de su hijo Samuel, luego que uno de sus escoltas, Sergio Emilio Sánchez, en errada actitud de prevención y análisis equivocado del entorno arremetiera contra Junior Rojas con intenciones de asesinarlo.

Samuel y sus escoltas fueron los agresores, corrijo, victimarios, no víctimas de quienes actuaron en defensa propia; no obstante, la juez del caso, Hilda Rosa Villanueva Peralta, contra toda lógica jurídica más no política y de sobrevivencia, invirtió la realidad de los hechos para proteger a“Samuelito”, quien pone de manifiesto la ilegitimidad de su cualidad de víctima al no comparecer a los actos del proceso.

Extraño caso este en el que la víctima,“Samuelito”, no vela por sus derechos, su no comparecencia en nueve oportunidades a la Audiencia Preliminar representa el desistimiento o abandono del proceso, salvo mejor criterio; ahora bien, ese aparente desinterés se inscribe en graves violaciones a derechos humanos en las que existen sufrimientos ocasionados a Melvin y Junior en su esfera física, moral y psicológica con daños considerables.

En ese contexto, la demora no razonable en el proceso implicaría violación a los derechos humanos con responsabilidad internacional para el Estado venezolano derivada de la conducta deshonesta de Maikel Moreno y su hijo, Samuel Moreno, en complicidad con la juez Hilda Rosa Villanueva Peralta, ello motivó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a requerir información al régimen sobre el particular.

Yari, la hermana de Melvin Farías, abogada de profesión, precisó lo absurdo de este caso:

“Una mañana sales a trabajar y en la noche te encuentras en un calabozo de una institución militar por la falta de profesionalismo de un escolta y por el abuso de poder de un magistrado”.

Según una reseña periodística, Yari y su mamá, Ana, en unión de numerosas personas, han hecho protestas en Caracas, una de éstas en las inmediaciones del Palacio de Miraflores, y múltiples gestiones demandando la libertad de Melvin y Junior ante instancias nacionales e internacionales:

“Fue tan sorpresiva la protesta y causó tanto impacto que fueron recibidos en Miraflores y se comprometieron en resolver el caso. Todos sabemos que no resolverán nada por lo que la familia, vecinos y amigos se mantendrán muy firmes luchando.”

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