El padre Armelín de Sousa tiene apenas seis meses y medio de haber llegado a la Basílica de Santa Teresa y esta es su primera Semana Santa en la emblemática iglesia caraqueña. Espera con ansias la multitudinaria procesión y la visita de miles de feligreses, pero reconoce que este año ha sido todo un reto alistar el recinto para la veneración de El Nazareno.
Ni la escasez ni la inflación conocen de credos. El padre de Sousa afirma que este 2019 ha sido un desafío completar la lista con todo lo necesario para la procesión.
“Este año el reto han sido los altos costos, pero también nos ha costado conseguir las orquídeaspara adornar a El Nazareno, las velas y el resto de las flores”, dice el párroco de la basílica. Sin embargo, al igual que el resto de la comunidad, se mantiene optimista. “Hemos conseguido donantes y Dios siempre nos proveyó”, agrega.
Abraham Núñez participa en la decoración de la iglesia desde hace 19 años, luego de que El Nazareno le cumpliera una promesa. Desde entonces, ha colaborado en la brigada de orden, en la celebración de la misa y en la decoración, hasta pasar a coordinar todos los detalles para que no le falte nada a la ceremonia.
“Los costos son altísimos y hay muchas cosas importadas. Solo en orquídeas el Nazareno tiene unas 5.000 o 6.000 flores. Hay gente que ha donado, pero este año recibimos menos que en años anteriores”, dice.
Aunque la crisis ha golpeado el bolsillo de los venezolanos, los feligreses se han crecido ante la hiperinflación para colaborar como pueden y preservar la tradición católica.
“La comunidad ha sido muy solidaria. Nos han donado palillos para fijar las orquídeas y para hacer los ramos. También nos donaron flores, algunas de sus jardines. Todo lo que nos traen, nos cae bien. Así sea desde una rosa hasta un pétalo”, asegura Núñez.
Este martes, 16 de abril, los voluntarios madrugaron en la basílica de Santa Teresa para dejarla lista para esta noche.
A las 11:30 pm la iglesia abre sus puertas y celebra una misa cada hora. El padre de Sousa detalló que habrá 15 misas que contarán con la participación de siete obispos invitados, entre ellos el nuncio apostólico Aldo Giordano y el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas.
No solo la inflación y la escasez afectaron la tradición de la basílica. También la migración.Daniel Gil tiene dos años en el coro de la iglesia y dice que desde 2018 se han ido cuatro de las personas que integraban la agrupación.
“Antes la cofradía de El Nazareno tenía más de 80 cargadores. Tenían que hacer una votación para ver quién participaba. Ahora son alrededor de 35 y siguen faltando personas”, lamenta Gil.
A pesar de la crisis, de Sousa, Núñez y Gil no se quedan de manos cruzadas, sino que buscan preservar una de las tradiciones venezolanas más importantes.
“Cuando yo veo que todo sale bien, que el Nazareno tiene todo, me siento orgulloso. Nosotros somos los anfitriones y tenemos que recibir a todos los que vienen a a la basílica”, asegura Núñez.
Para el padre de Sousa, esta Semana Santa es la oportunidad perfecta para hacer una oración por el país. “Es una ocasión maravillosa para el pueblo venezolano de elevar nuestras plegarias por la paz. Son tiempos difíciles y necesitamos toda la ayuda que podamos tener desde arriba”, asegura el párroco.
Fotos: Mairet Chourio
Fuente: Efecto Cocuyo.