¿Qué era mejor o peor para Nicolás Maduro? ¿Arriesgarse a una posible acción severa de la comunidad internacional por un eventual arresto de Juan Guaidó, o jugar al clásico del desgaste? El viejo truco usado por Hugo Chávez fue la opción escogida. Maduro le apuesta al desgaste de Guaidó. De allí que para los voceros de la cúpula, ahora el presidente interino no exista. ¿Y qué ganó la dictadura prácticamente moribunda con la jugada? ¿Qué compró Maduro? Compró tiempo. ¿Y cuánto puede durar ese tiempo?
Ya el discurso del régimen queda claro. Juan Guaidó no existe. No existe para Maduro ni para Jorge Luis García Carneiro. Las bases del PSUV quedaron resentidas. Se preguntaron en las redes sociales dónde está la autoridad de quien consideran es el presidente de la República. Aquello es parte del costo que Maduro decidió pagar con la decisión de no arrestar a Juan Guaidó.
Y compró tiempo. Maduro compró más tiempo para respirar. Para la maniobra.¿Cuánto puede durar el tiempo comprado con las pocas monedas que quedan en las alforjas?
-Con la crisis económica en plena efervescencia.
-Con Estados Unidos presionando a Cuba.
-Con el liderazgo de Guaidó en su máximo apogeo.
-Con las bases del PSUV desmoralizadas.
-Con la oposición unida.
-Y con Guaidó anticipando una jugada con los empleados de la administración pública, cuyos salarios fueron convertidos en miseria y las escalas destruidas más por acción que por omisión.
¿Cuánto tiempo tarda en desmoronarse en la dictadura?