El senador norteamericano, Marco Rubio, llegó este domingo al puente Simón Bolívar, ubicado entre la zona fronteriza de Colombia y Venezuela, para coordinar la ayuda humanitaria que entrará al país el próximo 23 de febrero.

“Estamos en un momento irreversible. Ninguno de los países que nos hemos pronunciados vamos a dar un paso atrás”, afirmó el político estadounidense.

Seguidamente, Rubio agregó: “El 23 de febrero los militares venezolanos tienen la opción de seguir reprimiendo a su pueblo y dejarlo morir de hambre o permitir el ingreso de la ayuda (…) Estamos viendo la cara del socialismo, del narcotráfico, de los que prefieren que su pueblo muera de hambre antes que darle paso a la ayuda humanitaria”.

En su elocución con los medios, Rubio añadió que “la única intervención extranjera que existe en Venezuela es la cubana, que se ha tomado todos los organismos”, posteriormente, se preguntó: ¿Cómo es posible que un líder militar venezolano permita que a sus soldados lo torture un cubano?”.

En este sentido, Rubio viajó en compañía del congresista, Mario Díaz- Balart, y el embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos, Carlos Trujillo.

Estados Unidos ha enviado ayuda humanitaria a Venezuela tras reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. Nicolás Maduro, por su parte, ha dicho que la comida y las medicinas enviadas “están podridas”, y que la entrada al país de las mismas es solo una excusa para una “invasión militar”.

La oposición, encabezada por Guaidó, juramentó este sábado, a 600 mil ciudadanos que el día 23 de febrero se sumarán como voluntarios para procurar el ingreso de los cargamentos de medicinas y alimentos a la nación caribeña.

Así lo confirmó el senador estadounidense en su cuenta de Twitter:

Rubio prevé reunirse en la capital de Norte de Santander con autoridades departamentales y del Gobierno Nacional para analizar la situación migratoria en Cúcuta y encontrar mecanismos para enviar la ayuda humanitaria recogida hasta el momento.

Los puntos de acopio que hasta la fecha se están administrando por el Gobierno de Donald Trump están ubicados en Cúcuta, Curazao, Miami y el estado de Roraima en Brasil.

 

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